sábado, 30 de julio de 2011

REFLEXIONES SOBRE LA EDUCACIÓN CONTINUA Y LA FORMACIÓN PROFESIONAL

Manteniendo la polémica sobre la pos, pos modernidad, en escrito anterior se expresó que esta comienza allí, donde lo posmoderno se repliega, para dar continuidad a una doble tradición: la de plantear cuestiones, clarificar el sentido, desarrollar y criticar argumentos, ideas y puntos de vista, revisando, discutiendo y matizando a otros filósofos, tradición que perdura en el estilo de trabajo de la filosofía analítica actual (Bunge 1992, 51)  y la tradición de la filosofía que dispone del arsenal de tesis sustantivas acerca de los temas de la cotidianeidad como cultura, política, moral, arte, etc, de las que carece la corriente analítica tradicionalista
Por ello abordar desde lo reflexivo, una vez más, criterios para la discusión que nos acercan o nos alejan según las posturas asumidas y volver una vez más a enfocar la formación profesional y la educación
Para Wikipedia, formación profesional reglada se entiende, como todos aquellos estudios y aprendizajes encaminados a la inserción, reinserción y actualización laboral, cuyo objetivo principal es aumentar y adecuar el conocimiento y habilidades de los actuales y futuros trabajadores a lo largo de toda la vida.
Para ello y dependiendo de la especificidad de cada país, suelen encontrarse tres subsistemas de formación profesional:
  • Formación Profesional Específica o Inicial: destinada, en principio, al colectivo de alumnos del sistema escolar que decide encaminar sus pasos hacia el mundo laboral, cuyo objetivo es la inserción laboral.

  • Formación Profesional Ocupacional (FPO): destinada al colectivo que en ese momento se encuentra desempleado, cuyo objetivo es la reinserción laboral de la persona.

  • Formación Profesional Continua (FTE): destinada al colectivo de trabajadores en activo, cuyo objetivo es la adquisición de mayores competencias que le permitan una actualización permanente del trabajador al puesto de trabajo que desempeña u optar a otro, lo que en definitiva se resume como un aumento de su empleabilidad.
Mientras que por su lado JOSÉ LUIS CORDEIRO, en EL UNIVERSAL, lunes 5 de octubre de 2009, cita: “El fundamento verdadero de la felicidad: la Educación" exclamó el Libertador Simón Bolívar en 1825. La educación es la clave de la felicidad y del progreso de los individuos y de los pueblos. La etimología latina del vocablo educación -exducere, educere, educare- tiene raíces que derivan de fenómenos humanos como "obtener lo mejor de alguien", "desarrollar la sabiduría interna", "alimentar", "criar", "formar", "embellecer", "hacer crecer a otro". La educación es el eje de la vida, de hecho, según muchos, es la vida misma. Millones de personas hoy pasan más de la mitad de la vida educándose o educando a otros. Pero para que la educación cumpla su gran promesa liberadora, tiene que estar centrada en valores de excelencia.
De allí que en este momento tenemos que apostar al futuro y por tanto la necesidad de entender la oportunidad que en tiempo y espacio se presenta para la Educación Continua, la cual según la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, es una estrategia de educación no formal, dirigida a profesionales de todas las áreas del conocimiento y personas no profesionales con necesidades muy específicas en el campo laboral y/o personal.
Las demandas de la sociedad del futuro deben ser atendidas por personas que hayan desarrollado habilidades y destrezas, también conocidas como competencias, que tengan empatía desde lo laboral con su puesto de trabajo y con quienes demandan su atención, que sientan la necesidad de mejorar su desempeño para adecuarse a las nuevas realidades y que comprenda a su interlocutor, por tanto el mundo social y empresarial se encuentra urgido de nuevos actores, consecuentes con la necesidad de cambio.
La tarea no es sencilla, pero en el mundo de las oportunidades conviene citar a José Martí, quien en su oportunidad expresó: ver después no vale, lo que vale es ver antes y estar preparados. Si no somos capaces de ver la oportunidad que la historia nos coloca enfrente y la desaprovechamos, entonces debemos asumir las consecuencias que de esta inacción se derivarán, tales como negarle al país nuestra contribución al desarrollo y los ciudadanos la posibilidad de contribuir al mejoramiento de su calidad de vida, a la institución, la posibilidad de situarnos como pioneros y líderes en este campo y al planeta, la posibilidad de contribuir a disminuir la destrucción derivada del cambio climático.
Como consecuencia de lo anterior y según postura de quién escribe, la organización debe ser concebida, como sistema un abierto y flexible, dependiente de los cambios del entorno y de la tecnología para dar respuesta a los problemas de productividad, eficiencia y eficacia organizacional a la vez que alinearse con los criterios ecologicistas para el cuido del hogar global, mediante la contribución o aportes de otras disciplinas como la filosofía, la psicología, la sociología y sobre todo la generación del conocimiento, para lograr el enfoque transdisciplinario que permita abordar exitosamente el modelo de gestión gerencial.
Los excluidos de la titularización, los hambrientos de saberes, los necesitados de actualización constante, aquellos que quieren seguir construyendo presente y futuro, quienes no deseen formar parte de la obsolescencia prematura del conocimiento, en fin, todos aquellos que desean apostar al aprendizaje dinámico y continuo, conforman la población hacia la cual debemos enfocar los esfuerzos del nuevo modelo formativo.
Pero el logro del objetivo no debe pensarse de manera egoísta, debe por tanto conformarse una gran asociación entre quienes necesitan talento humano preparado para manejarse de manera exitosa en estos momentos de coyuntura, quienes tienen la altísima responsabilidad de su formación o capacitación y quienes quieren convertirse en protagonistas directos de esta gran aventura, para entre todos llevar a cabo las acciones necesarias que nos permitan soñar con la Venezuela y el mundo del futuro, que dé respuestas a nuestras múltiples necesidades y que permita rescatar el hogar global de las garras autodestructivas que hoy nos amenazan, para posteriormente, podérselo legar a quienes habrán de sucedernos.
Es momento de asumir retos y cumplir con nuestra responsabilidad. Debemos atrevernos.