domingo, 23 de septiembre de 2012

EL 8 DE OCTUBRE


Fecha histórica para nuestro país. Marcará un hito y representará el surgimiento de otra Venezuela sin necesidad de cambiar de república, pero definitivamente el 8 O, nada será igual, todo cambiará indistintamente quién gane. En caso de ganar el continuismo, se profundizará la polarización, la división y hasta las actitudes de rechazo hacia una parte de la población. Habrá que reponerse rápidamente de la decepción y retomar la lucha por lograr el país que nos merecemos. Si gana la alternativa de cambio, debemos luchar primero por borrar los antagonismos recalcitrantes y radicales, cambiar el viejo esquema excluyente por uno incluyente, darle cabida a todos y unirnos como una sola fuerza para comenzar la rápida reconstrucción del país, pero en definitiva todo cambiará.

Debemos estar preparados para afrontar con seguridad y optimismo esa nueva realidad y ese nuevo escenario que encontraremos. Algunos celebrarán, otros llorarán la derrota, pero sin duda alguna tendremos otro país, dentro de este mismo que hasta ahora conocemos y amamos y debemos aforntarlo con lo mejor de nosotros como seres humanos y como ciudadanos.

La educación, responsable de la formación de los ciudadanos del futuro y por ende de la ilusión que habremos de venderle a las generaciones venideras, será la gran protagonista de la titánica lucha que nos espera para lograr vencer las sombras que se ciernen sobre el futuro inmediato. Debe diseñarse con la celeridad del caso, un nuevo modelo educativo, acorde a las necesidades de país, debe invertirse sin restricción en este sector si queremos apostar a una Venezuela distinta.

Un modelo que realmente sea incluyente y pertinente, acorde a los tiempos que vivimos, sin rigideces, flexible para evitar la obsolescencia prematura del modelo y del talento humano formado, cuyos contenidos no estén sesgados por personalismos infundados por falsos libertadores ni elegidos convertidos en ayatolás. La figura del líder supremo, debe ser suprimida de la mente de los educandos a través de este nuevo modelo.

La inclusión, igualdad y equidad deben ser los factores que sirvan de norte para despegarnos del pasado reciente, ese pasado involucionante, destructor, desvalorizador, excluyente, sembrador de odios y divisionista. El futuro debe ser la ilusión del desarrollo, del retomar liderazgos educativos, científicos, gerenciales, deportivos, policiales, de salud, de derechos fundamentales, de desarrollo sostenible y ecológico, de empleos dignos donde no prevalezca la politiquería sino la meritocracia, de la universidad productora de emprendedores y profesionales generadores de nuevas fuentes de trabajo y saberes para el bien del país y de la sociedad.

Es mucho lo que está en juego el 7 O y por ello es desconcertante escuchar a jóvenes y personas maduras expresarse con indiferencia sobre este hecho histórico. Es comprensible que a algunos no les interese la política, pero nadie debería ser indiferente ante el futuro del país, eso debe considerarse como un delito moral, aun respetando el derecho individual, pero el colectivo se superpone a los individualismos y así lo contempla la CRBV.

Cuando con preocupación vemos las triquiñuelas y violaciones a leyes, reglamentos y la propia CRBV, hecha por poderes público, personeros, representantes de esos poderes y la complacencia del TSJ, los jerarcas de la Fuerza Armada, CNE, poder legislativo y moral, solo nos queda expresar nuestra indignación por la vía del voto y esperar que la conciencia de la mayoría de nuestros conciudadanos entienda que no se trata de hombres a los cuales les vamos a expresar nuestros favoritismos, sino de la más importante toma de decisión que como ciudadanos nos corresponde en esta segunda década del siglo XXI, el futuro del país, de las generaciones actuales y las venideras, es decir el legado que hemos de dejar.

No estamos en condiciones de seguir apostando al ensayo y al error, nuestros hijos, ni los hijos de ellos nos lo perdonarán. Consciente estoy que en líneas generales no se escarmienta en cabeza ajena, pero la destrucción de las instituciones, de las economías y del futuro de países enteros debería servirnos de espejo, de ejemplo y de modelo para ver los errores que nosotros no debemos cometer.

El cono sur ha sufrido en demasía producto de la tozudez de la gente, de la apatía y la indiferencia de sus ciudadanos y definitivamente ni para el análisis hemos estudiado esas situaciones. Para muchas personas el ejército venezolano, forjador de libertades, deberá revisarse crítica, profunda y concienzudamente, establecer un nuevo modelo formativo y profundizar su sistema de selección. La marca dejada al permitir que de su seno haya salido quien se empeñó en destruir, en personalizar, dividir y perseguir la libertad de conciencia, de pensamiento, de información y atentar contra lo más sagrado que como país tenemos, nuestra constitución, para luego presentarse como salvador y perseguir la disidencia por golpista, no será borrada tan fácilmente. No había terminado de borrarse la negativa imagen dejada por la dictadura, cuando se encontraron con el anti Bolívar tratando de reencarnarlo. Pasarán lustros y décadas luchando con esta imagen negativa y buscando cambios estructurales para lograr superarla.

Sin buscar cambiar de oficio ni profesión, no trato de convertirme en prestidigitador ni adivino, la quiromancia y el tarot no son mis fuertes, el análisis es lo que me ocupa y los futuribles lo que debo estudiar, por eso se que el 8 O es la fecha clave para el futuro del país, la educación y la investigación, el desarrollo pues. De allí se desprende el accionar que debemos repensar y desarrollar ante los singulares hechos que vivimos y que nos permitirán ser los protagonistas de ese futuro inmediato y escribir esta nueva página de la historia contemporánea de este bello y gran país, que habrá de resurgir de la ignominia a la cual intentó sometérsele.

Las relaciones internacionales y los bloques de integración subregional habrán de redefinirse con base en el adecuado manejo de nuestras riquezas del subsuelo, pero también con una nueva visión de integración para el desarrollo conjunto, que permita a este y a los pueblos hermanos alcanzar los niveles de calidad de vida que nos merecemos, pero que nos han sido negados por los personalismos enfermizos y por la mediocridad dirigencial basada en la filosofía del ahora nos toca a nosotros.

La falta de políticas públicas en materia de educación, salud y seguridad acordes al incremento demográfico, deberán ser materia obligada y con características de urgencia, sin caer en la gerencia de crisis, pero nuestros conciudadanos, la población, las madres y padres que casi con gestos de desespero solicitan el cese de la violencia física y la mortandad que recorre nuestras calles, impidiendo el libre desenvolvimiento de los ciudadanos en todos sus ámbitos. Aquí vuelve la educación a ser el eje transversal impulsor de ese cambio y para el desarrollo de esas políticas públicas.

Este análisis no busca sesgos, lo que sucede es que esta es la realidad encontrada, aun cuando algunos la negarán y tratarán de desvirtuarla con escasos hechos de última hora, pero la falta de un programa de gobierno por parte de quienes intentan perpetuarse, la negación al debate y el reforzamiento a la política de imposición, no permite contrastar propuestas y esto es totalmente entendible. Después de 14 años, se hace practicamente imposible ofrecer algo, para un futuro que se les convirtió en pasado y que aún cuando intentan borrarlo, no pueden sacarlo de la mente de quienes buscan un cambio de rumbo para dirigirse a un real futuro. He de acotar que esta es la actitud tomada por una dirigencia que no tiene como responderle a esa parte de la población, que buscando un mejor futuro confió en ellos, pero hoy los hechos, los han devuelto a la frustración sentida en ese pasado reciente y vuelven a sentirse como excluidos o ignorados por las apetencias personalistas y el apego al poder para el disfrute de los círculos íntimos, olvidándose de aquellos a quienes les prometieron cambios y que creyeron en ellos.

Para esos venezolanos, también debemos buscar otro norte, cambios incluyentes que evidencien que no es el fanatismo por un hombre sino política de estado lo que se busca en estos próximos años. Un proyecto de país donde sin divisionismos ni odios, todos podamos coadyuvar en la construcción de la Venezuela distinta, esa que soñó Bolívar y los demás héroes de nuestra independencia, hoy echados a un segundo plano por los delirios de grandeza de alguien que extrapola hacia la sociedad, la frustración surgida por la falta de cariño y alejamiento de los seres queridos vivenciados durante su infancia, esa Venezuela distinta, nosotros también la soñamos y anhelamos.

En fin, como vemos, hemos de escribir esta nueva página de la historia y prepararnos para construir un país distinto. El propio Libertador expresó el 15/2/1819: “Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo Ciudadano el Poder. El Pueblo se acostumbra a obedecerle, y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía”.

Para cerrar  este escrito me apoyo en otras 3 frases del Libertador que ilustran claramente lo que significa el 7 O y cuyas consecuencias veremos el 8 O:

La hacienda nacional no es de quien os gobierna. Todos los depositarios de vuestros intereses deben demostraros el uso que han hecho de ellos. (2.1.1814)

La esclavitud es la hija e las tinieblas; un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción: la ambición, la intriga abusan de la credulidad y de la inexperiencia de hombres ajenos de todo conocimiento político, económico o civil; adoptan realidades las que son puras ilusiones; toman la licencia por la Libertad, la traición por el patriotismo, la venganza por la justicia. (15.2.1819)

El sistema de Gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política. (15.2.1819)