jueves, 14 de enero de 2016

MOTIVACION PARA EL LIDERAZGO

La motivación es un elemento fundamental para el arte del liderazgo, ha sido estudiada desde tiempos inmemoriales y como todo lo humano ha generado un sinfín de discusiones de las cuales hemos aprendido y tomado elementos que cada uno de nosotros pone en juego para ejercer su rol de liderazgo en las distintas situaciones de vida que hemos debido y debemos seguir enfrentando, pero para poder desempeñarlos exitosamente, debemos mantenernos claros y actualizados en todos los aspectos del tema.
Hemos estudiado muchas teorías motivacionales que ya hoy podemos considerar como clásicas, pero es poco lo que se ha aportado de manera innovadora al tema en los últimos tiempos. De hecho, la mayoría de nuestras cátedras universitarias siguen teniendo como iconos teóricos a Maslow, Herzberg, MacClelland y Atkínson.
Para entra en el tema, abordemos primero la conceptualización y significado de la motivación, según la visión de algunos autores.
 “Para comprender el comportamiento humano es fundamental conocer la motivación humana. El concepto de motivación se ha utilizado con diferentes sentidos. En general, motivo es el impulso que lleva a la persona a actuar de determinada manera, es decir que da origen a un comportamiento especifico. Este impulso a la acción puede ser provocado por un estímulo externo, que proviene del ambiente, o generado internamente por procesos mentales del individuo. En este aspecto la motivación se relaciona con el sistema de cognición del individuo. Cognición o conocimiento representa lo que las personas saben respecto de sí mismos y del ambiente que las rodea.
El sistema cognitivo de cada persona incluye sus valores personales y está profundamente influido por su ambiente físico y social, su estructura fisiológica, los procesos fisiológicos, sus necesidades y experiencias anteriores. En consecuencia, todos los actos del individuo están guiados por su cognición por lo que siente, piensa y cree.” (http://www.rena.edu.ve)
De acuerdo a Wikipedia, la palabra motivación deriva del latín motivus o motus, que significa ‘causa del movimiento’. La motivación puede definirse como «el señalamiento o énfasis que se descubre en una persona hacia un determinado medio de satisfacer una necesidad, creando o aumentando con ello el impulso necesario para que ponga en obra ese medio o esa acción, o bien para que deje de hacerlo». Otros autores definen la motivación como «la raíz dinámica del comportamiento»; es decir, «los factores o determinantes internos que incitan a una acción». La motivación es un estado interno que activa, dirige y mantiene la conducta.
La palabra motivación es resultado de la combinación de los vocablos latinos motus (traducido como “movido”) y motio (que significa “movimiento”). A juzgar por el sentido que se le atribuye al concepto desde el campo de la psicología y de la filosofía, una motivación se basa en aquellas cosas que impulsan a un individuo a llevar a cabo ciertas acciones y a mantener firme su conducta hasta lograr cumplir todos los objetivos planteados. La noción, además, está asociada a la voluntad y al interés. En otras palabras, puede definirse a la motivación como la voluntad que estimula a hacer un esfuerzo con el propósito de alcanzar ciertas metas.
La motivación es un proceso, es decir, se desarrolla en etapas. El disparador del proceso se acciona cuando la persona experimenta o se percata de una necesidad insatisfecha.
Primera etapa: necesidad insatisfecha. La necesidad es una deficiencia, una carencia en algún aspecto particular que la persona experimenta en un determinado momento. Es decir, la persona siente que carece de algo o que algo le hace falta, ya sea físico, psicológico, social o espiritual.
Segunda etapa: surgimiento de la tensión. El sentir una necesidad insatisfecha hace aparecer un malestar en la persona, una tensión y, por lo tanto, hace surgir el deseo de satisfacerla.
Tercera etapa: activación de los impulsos. Se activa la energía para llevar a cabo las acciones que conducen al individuo a la satisfacción de su necesidad. Esta energía se cristaliza en deseos, en proyectos, y en imágenes de cómo podría satisfacer su necesidad. No todas las personas experimentan las mismas necesidades con la misma intensidad. Por ello, es difícil que una misma cosa motive a todo el mundo y de la misma manera.
Cuarta etapa: conducta orientada. Los impulsos o deseos hacen que la persona inicie y mantenga los comportamientos que cree que la llevan a la satisfacción de su necesidad. Es decir, la conducta adquiere una dirección, una intencionalidad. En este momento, es importante evaluar en forma periódica si los comportamientos efectivamente están conduciendo a la persona a conseguir su meta.
Quinta etapa: satisfacción de la necesidad. Se logra cuando la persona alcanza la meta que se planteó. La necesidad que originó el proceso de motivación desaparece. Y una necesidad satisfecha no motiva más. Sin embargo, el satisfacer una necesidad permite la aparición de nuevas necesidades que, a su vez, iniciarán el proceso de motivación.
Sexta etapa: reducción de la tensión. Esta ocurre cuando la persona deja de sentir la deficiencia o la carencia que originó el proceso de motivación. Las personas motivadas están en un estado de tensión y, para disminuirla, ejercen mucho esfuerzo. De hecho, entre más grande es la tensión, más grande es el esfuerzo. Si este esfuerzo los conduce a satisfacer la necesidad, la tensión disminuye. Se trata de que los empleados al conseguir las metas de la empresa satisfagan también sus necesidades individuales y logren sus metas personales. (http://mexico.smetoolkit.org/)

Actualmente, los trabajadores son cada vez más autónomos y con intereses y responsabilidades dentro y fuera de la empresa. Estos trabajadores, están cada vez más educados y más informados del mundo que les rodea y de las posibilidades que existen fuera de su empresa. También están más dispuestos a pedir explicaciones y justificaciones de sus jefes. La labor más importante de los directivos de la empresa es la motivación de los trabajadores de ella, de todos los niveles.
Los elementos fundamentales para la motivación de los trabajadores incluyen:
- Elegir la mejor persona para cada puesto.
- Reconocer el valor de cada trabajador y de su labor.
- Entrenamiento continúo.
- Tratar a cada trabajador bien; con respeto y con cortesía.
- Comunicar con cada trabajador de forma continua, especialmente como su trabajo contribuye al éxito de la empresa en general, escuchar e informar.
- Desarrollar el sentimiento de propiedad y dar autorización para actuar de forma independiente.
- Esta independencia y responsabilidad requiere exigir resultados y responsabilidad.
- Enriquecer el trabajo al máximo.
Los elementos que llevan a la desmotivación de los trabajadores incluyen:
- Tolerar malos resultados de trabajadores penaliza a los que funcionan bien.
- Manteniendo secreto información crítica para el éxito del trabajo.
- La promoción de un ambiente competitivo entre trabajadores.
- Infrautilizando las habilidades y los talentos de los trabajadores.
- Tratando a trabajadores injustamente y de forma errática.
- Criticando en vez de críticas constructivas.
- Reuniones poco productivas.
- Objetivos poco claros.
- Reglas innecesarias.
- Permitir la política dentro de la empresa.
- La inflexibilidad de los jefes.
Los trabajadores necesitan sentir, no solo que su aportación es importante dentro del trabajo de la empresa, sino que esta importancia es reconocida. Entendiendo lo que motiva a cada trabajador ayudará a ajustar el mensaje que será más efectivo para su motivación y su satisfacción. Hacerlo mejor reduce el absentismo y mejora su satisfacción y compromiso en el trabajo, aumentando la productividad. (Tomado de: http://organizaciones.blogspot.com/)

Dentro de la motivación se perciben 3 tipos de elementos los cuales son:
1.       Desde el interior, la existencia de un deseo o necesidad.
2.      Desde el exterior, la existencia de un fin, meta u objetivo, denominado también incentivo, en    la medida en que se percibe o advierte como instrumento de satisfacción del deseo o necesidad.
3.       Elección de una estrategia de acción condicionada por la valoración de diversas opciones que       actuará orientando y limitado la conducta tendiente a procurar el incentivo requerido para su         satisfacción.

Para BrainPrise S.L. La motivación económica ya no es el aspecto clave a tener en cuenta para los empleados en el desarrollo de una actividad laboral, se han llevado a cabo diversos estudios concluyendo que los ideales y metas personales son más importantes a la hora de optar o desenvolverse en un trabajo, que la misma remuneración.
Se han podido diferenciar dos tipos de motivación en lo referente al refuerzo laboral:
Por un lado nos encontramos con una motivación extrínseca, que influye en aquellas actividades en las cuales los motivos que nos impulsan a la acción son ajenos a la misma, es decir, están determinados por  contingencias externas. Esto se refiere a incentivos o reforzadores positivos o negativos externos al propio sujeto y actividad. Por ejemplo: satisfacer expectativas en el trabajo, el propio salario, cuando hacemos algo a cambio de un bien material, fama, estatus social…
 Por otro lado está la motivación intrínseca, en la que el propio incentivo es la realización de la conducta en sí misma, los motivos por los cuales realizamos estas actividades son inherentes a nuestra persona. Por ejemplo: se asocian a la necesidad de completar las propias potencialidades, el deseo de las personas por investigar, explorar y dominar su entorno y la importancia para el individuo de triunfar en tareas desafiantes y en asumir responsabilidades… Las personas dicen estar más intrínsecamente motivadas cuando se perciben a sí mismas como la fuente de su comportamiento.
Fomentar el rendimiento de los empleados en su puesto de trabajo, hoy en día, es una exigencia incuestionable y no hay otra forma de conseguir maximizar beneficios que manteniendo una plantilla bien motivada. 
Los directivos-líderes del siglo XXI desempeñan un importante papel en estas variables, pero los trabajadores están asumiendo mayor protagonismo cada día y pueden encontrar elementos que nutran su motivación intrínseca. La motivación es necesaria para alcanzar un elevado rendimiento y esto lo comprobamos diariamente. En el momento en el que estamos es importante que la organización se anticipe a implementar y desarrollar un programa que mantenga satisfechas las necesidades de sus empleados en la medida de lo posible, teniendo en cuenta que las personas laboralmente activas pasan más del 70% de su tiempo en su puesto de trabajo.
Con base en este importantísimo dato las empresas y más concretamente, su departamento de Talento Humano, debe analizar todas las variables posibles y proponer las alternativas necesarias para la creación de un plan de incentivos o refuerzos (ya sean económicos, de desarrollo profesional, de servicios aportados por la organización, posibilidad de  promoción interna, motivadores sociales, el respeto, la aprobación, el estatus y el sentimiento de utilidad ) que se adapte a su plantilla de trabajadores. Por otro lado, otra de las variables que llegan a afectar más al desempeño laboral (teniendo en cuenta el tiempo que pasamos en nuestro trabajo)  es el grado de estrés que se maneja y se debe afrontar diariamente. El Comité Mixto de la OIT/OMS define los factores estresores como “aquellas interacciones entre el trabajo, su medio ambiente, la satisfacción en el trabajo y las condiciones de su organización por una parte y por otra, las capacidades del trabajador, sus necesidades, su cultura, sus motivaciones y su situación personal fuera del trabajo, todo lo cual, a través de percepciones y experiencias, pueden influir en la salud, en el rendimiento y la satisfacción en el trabajo”.
Por ello, dentro del horario laboral, es necesario proporcionar espacios o intervalos de tiempo a los empleados para que puedan despejarse y descargar el estrés, al mismo tiempo que comparte con sus compañeros sus preocupaciones y experiencias, consiguiendo así  el equilibrio entre las condiciones del trabajo y el factor humano. Estos espacios ayudan a que el empleado tome conciencia de la importancia del trabajo en equipo, aumente su sentido de pertenencia a la empresa y además el grado de motivación hacia el trabajo que realiza. Sin embargo,  si  los efectos del estrés  se mantienen de forma prolongada, repercutirá de una forma significativamente negativa en el rendimiento e, incluso, en la salud del empleado.
Para cerrar, considero sumamente importante entender el siguiente extracto tomado de http://morasolano.tripod.com/, dónde establece que: Hodgetts y Altman, en su libro de Comportamiento Organizacionalpresentan el "Modelo Integrador de Motivación”, donde la relación entre motivación, desempeño y satisfacción es el punto focal.
Este modelo combina todo lo que se conoce sobre el fenómeno de la motivación: necesidades, impulso de realización, factores de higiene, expectativa, motivación, desempeño y satisfacción. En este modelo las recompensas son la base misma de este proceso y la conducta es una función de sus consecuencias.
Las personas se sienten satisfechas o no, motivadas o no, dependiendo de las recompensas que reciben por lo que hacen, recompensas que pueden ser tanto extrínsecas como intrínsecas. La motivación es un proceso interno de la propia persona, en consecuencia solo existiría "automotivación" y la organización nada podría hacer para motivar a la gente, solo podría administrar estímulos externos que logren incentivarlo.
Por tanto, debe entenderse que las organizaciones NO pueden motivar a sus empleados, lo que SI pueden hacer es generar un ambiente de trabajo donde aflore la automotivación. Las organizaciones no pueden mágicamente aplicar un plan de motivación para su gente. Las empresas que realizan este tipo de actividades, por lo general, solo consiguen magros resultados en el corto plazo; mientras que en el largo plazo se produce el efecto contrario, fruto de la apatía de la gente frente a estas acciones.

La motivación se da cuando los objetivos de la organización y los objetivos individuales están alineados y se satisfacen mutuamente.