martes, 28 de febrero de 2017

FALACIAS LÓGICAS Y ARGUMENTATIVAS

Según Wikipedia: En lógica, una falacia (del latín: fallacia, ‘engaño’) es un argumento o un postulado que parece válido, pero no lo es. Algunas falacias se cometen intencionalmente para persuadir o manipular a los demás, mientras que otras se cometen sin intención debido a descuidos o ignorancia. En ocasiones las falacias pueden ser muy sutiles y persuasivas, por lo que se debe poner mucha atención para detectarlas.

El que un argumento sea falaz no implica que sus premisas o su conclusión sean falsas ni que sean verdaderas. Un argumento puede tener premisas y conclusión verdaderas y aun así ser falaz. Lo que hace falaz a un argumento es la invalidez del argumento en sí. De hecho, inferir que una proposición es falsa porque el argumento que la contiene por conclusión es falaz es en sí una falacia conocida como argumento ad logicam.

El estudio de las falacias se remonta por lo menos hasta Aristóteles, quien en sus refutaciones sofísticas identificó y clasificó trece clases de falacias. Desde entonces, cientos de otras falacias se han agregado a la lista y se han propuesto varios sistemas de clasificación.

Para Irving Copi, una falacia es un razonamiento lógicamente incorrecto, aunque psicológicamente pueda ser persuasivo aunque no necesariamente posee una conclusión falsa; así como un razonamiento correcto o válido no necesariamente tiene una conclusión verdadera. Los razonamientos falaces no son "falaces" por arribar a una conclusión falsa, sino por un error en su procedimiento. Podría decirse que una falacia es un razonamiento en que la conclusión no se deriva estrictamente de las premisas, aunque parece hacerlo.

Según Juan de Santo Tomás, las falacias son defectos de la consecuencia. Se distingue entre falacias por parte de la dicción y falacias por parte de la cosa significada. En el fondo, podríamos decir que las falacias por parte de la dicción son las falacias formales. Según Juan de Santo Tomás: "Todas las falacias que resultan por parte de la dicción, las reducimos a la equivocación".

La palabra falacia es usada a veces, como equivalente al término sofisma. La significación de falacia o sofisma alude a un argumento aparente o a una forma de argumente no válida. Para que haya una falacia es necesario que estemos en presencia de un argumento aparente. Desde el punto de vista lógico, no existe un argumento o un razonamiento, pero aunque incorrectos a la luz de la lógica, suele llamarse falacias a los razonamientos que son psicológicamente persuasivos. Es un modo de argumentar en que hay un error en la estructura del razonamiento, que pasa inadvertido.

Falacias lógicas son un patrón de razonamiento que casi siempre conduce a un argumento incorrecto. Esto es debido a un defecto en la estructura del argumento que lo conduce a que este sea inválido. Los argumentos sirven, como sabemos, para sostener la verdad (verosimilitud, conveniencia) de una conclusión. Con frecuencia, sin embargo, los construimos mal, con lo que su finalidad no se alcanza. También con frecuencia, empleamos argumentos aparentes con el fin de engañar, distraer al adversario o descalificarlo.

Todas las falacias son razonamientos que vulneran alguna regla lógica. Así, por ejemplo, se argumenta de una manera falaz cuando en vez de presentar razones adecuadas en contra de la posición que defiende una persona, se la ataca y desacredita, se va contra la persona sin rebatir lo que dice o afirma. Las falacias lógicas se suelen clasificar en formales y no formales.

Una falacia formal es aquella en que el argumento viola una norma del sistema lógico del que el argumento es parte. Las falacias formales pueden producirse por distintos motivos. La lógica tradicional aristotélica se centra en los razonamientos silogísticos siendo una forma de argumentos deductivos que constan de una premisa mayor, otra premisa menor y una conclusión.

Las falacias formales son razonamientos no válidos pero que a menudo se aceptan por su semejanza con formas válidas de razonamiento o inferencia. Se da un error que pasa inadvertido. Así, por ejemplo, a partir de dos premisas como "Si llueve, tomo el paraguas" y "Se da el caso que llueve", puedo concluir con validez formal que "tomo el paraguas". Ahora bien, de las dos premisas: "Si llueve, tomo el paraguas" y "tomo el paraguas", no puedo concluir con validez formal "Llueve": si he tomado el paraguas puede ser porque lo llevaba a arreglar. Éste es un ejemplo de la falacia formal conocida como afirmación del consecuente.

Las falacias no formales son razonamientos en los cuales lo que aportan las premisas no es adecuado para justificar la conclusión a la que se quiere llegar. Se quiere convencer no aportando buenas razones, sino apelando a elementos no pertinentes o incluso, irracionales. Cuando las premisas son informaciones acertadas, lo son, en todo caso, por una conclusión diferente a la que se pretende.

Las falacias informales o no formales, no son en la práctica errores en la estructura formal de un argumento. Se basa un fallo evidente que resulta relevante en la conclusión o bien en alguna ambigüedad lingüística. Entre las falacias informales cabe mencionar las que defienden la validez de una conclusión apelando a la fuerza, a la piedad, a la autoridad o a las creencias populares. Inquirir por lo que se pregunta o asumir en las premisas lo que hade ser demostrado es también una de las falacias informales que deben destacarse. Las falacias de ambigüedad incluyen conclusiones erróneas basadas en un uso equívoco del lenguaje

Tipos de falacias lógicas:

a)     Anfibología. El argumento puede tener múltiples significados distintos. Al realizar una afirmación de múltiples sentidos, se crea una confusión, al no saber cuál de ellos es el que está intentando transmitir el emisor.

b)     Apelación a la Autoridad. El argumento se da por cierto ya que es defendido por una autoridad.

c)      Apelación a la Multitud. El argumento se da por cierto porque "todo el mundo lo hace".

d)     Causa Falsa. Se confunde correlación con causalidad, debido a que dos fenómenos han ocurrido a la vez o en secuencia se ha asumido que uno es causa del otro.

e)     Continuo. No se pueden distinguir casos extremos cuando hay casos intermedios de clasificación ambigua. Se asume que no se puede distinguir entre dos situaciones extremas cuando hay casos intermedios que no pertenecen a ninguno de los extremos y cuya clasificación es ambigua.

f)      Contra el hombre. Se ataca a la persona en lugar de al argumento. Se intenta atacar o desacreditar a la persona que defiende el argumento, de forma directa o indirecta, sembrando la duda sobre su carácter o sus cualidades personales.

g)     Falsa Dicotomía. De todas las opciones posibles, se tienen en cuenta sólo dos. Se reducen el número de opciones a dos, siendo normalmente las más extremas, así, el atacante acota el argumento y oculta las demás posibilidades, consiguiendo que no se tengan en cuenta otros factores.

h)     Inconsistencia. Los argumentos no pueden ser ciertos todos a la vez. No se aplican los mismos criterios por igual a todas las afirmaciones y si se aplicasen no podrían ser ciertas todas a la vez, por lo que la proposición resulta inconsistente.

i)       Por la ignorancia. Se da el argumento por cierto debido a que no se puede demostrar que sea falso. Se afirma que un argumento es verdadero porque no se puede demostrar que sea falso y viceversa.

j)       Tautología. La veracidad del argumento ya se incluye entre sus premisas. La proposición a ser demostrada ya se encuentra entre las premisas del argumento, ya sea implícita o explícitamente. Es usada a menudo en forma de pregunta, incluyendo la respuesta en ella misma, además, se suele alargar su duración para que le dé tiempo al receptor a olvidar que la conclusión ya estaba en la premisa.

Falacias argumentativas: son razonamientos erróneos que tiene poder persuasivo. Son incumplimientos de las reglas que deben guiar una discusión crítica, son errores que cometemos, voluntaria o involuntariamente, al argumentar.

Tipos de falacias argumentativas:

a)     Argumentum ad baculum: Recibe este nombre, la argumentación compuesta por enunciados que aluden a medios de coacción; dichos enunciados son formulados para fundamentar el punto de vista que se pretende hacer aceptar.

b)     Argumentum ad hominem –Ofensivo- (Contra el hombre). Se la comete cuando, en vez de tratar de refutar la verdad de lo que se afirma, se ataca al hombre que hace la afirmación. No hay conexión lógica entre el enunciado que ataca al autor de una proposición y la proposición cuya verdad se pretende refutar. No se trata de disputar acerca de la verdad o falsedad de la proposición en cuestión, sino arrojar dudas acerca de la plausibilidad y/o de la consistencia de la persona que defiende esta proposición y contra la cual se argumenta ¨ad hominem¨.

c)     Argumento ad ignorantiam. Se comete esta falacia cuando se sostiene que una proposición es verdadera argumentado solamente que no se ha demostrado que sea falsa, o bien que es falsa porque no se ha probado lo contrario. La incapacidad de probar la verdad o falsedad de una proposición carece de conexidad lógica con la afirmación de su falsedad o su verdad, según el caso. Esta falacia suele cometerse con mucha frecuencia en temas relativos a los fenómenos extrasensoriales.

d)     Argumentum ad misericordiam El argumentum ad misericordiam constituye un claro ejemplo de la utilización del lenguaje en sentido emotivo como también la falta de atinencia lógica entre los enunciados que constituyen la argumentación y la conclusión que se pretende aceptar. Mediante esta falacia se pretende que se acepte una argumentación apelando a la piedad. Se encuentra con frecuencia este tipo de argumentación en los tribunales de justicia, cuando un abogado defensor deja de lado los hechos que atañen al caso y trata de lograr la absolución de su cliente despertando piedad o lastima en los miembros del jurado.

e)     Argumentum ad verecundiam. Un argumentum ad verecundiam, es un argumento que se funda en la superioridad de hombres cuyo saber, eminencia y poder en unos aspectos les concede, o supone que les concede, autoridad suficiente para formular juicios y llegar a conclusiones en otros aspectos. En pocas palabras, se comete esta falacia cuando para validar un argumento, se citan palabras de una autoridad, pero que posee relevancia en otro campo o no constituye una autoridad para la persona con quien se discute.

f)      Falacia de Accidente consiste en aplicar una regla general a un caso en particular cuyas circunstancias ¨accidentales¨ hacen inaplicable la regla. Lo que es verdad ¨en general¨ o en muchos casos, puede no serlo universalmente, porque las circunstancias modifican los casos, relativizándolos.

g)     Non causa pro causa (Causa falsa) Se refiere a la confusión existente entre lo que no es causa con una causa. Es decir, No es causa pero se lo trata como una causa. Por ende, se podrá decir, que la falacia non causa pro causa consiste en tomar por condición suficiente de un acontecimiento, algo que no lo es.

h)     Argumentum ad crumenam. Es la falacia de creer que el dinero es un criterio de corrección. Aquellos con más dinero son más proclives a tener razón. Lo opuesto al Argumentum ad Lazarum. Por ejemplo: “El software de Microsoft es indudablemente superior. ¿Por qué otra razón podría Bill Gates volverse tan rico?”

i)       Argumentum ad Lazarum. Es la falacia de asumir que los pobres son más íntegros y virtuosos que los que tienen más dinero. Esta falacia es la opuesta a la del Argumentum ad crumenam. Por ejemplo: “Los monjes son más propensos a poseer una percepción del significado de la vida, ya que han renunciado a las distracciones de la riqueza.”

j)       Argumentum ad antiquitatem. Es la falacia de decir que algo es mejor o más correcto simplemente porque es más viejo, porque hace mucho tiempo que ocurre o se hace.

k)     Argumentum ad novitatem. Es lo opuesto al argumentum ad antiquitatem; es la falacia de decir que algo es mejor o más correcto simplemente porque es más nuevo.

l)       Argumentum ad numerum. Esta falacia está cercanamente relacionada con la de argumentum ad populum. Consiste en decir que cuanto más gente sostenga o crea en una proposición, más posibilidades de ser cierta tiene.

m)   Argumentum ad populum. También conocido como recurso al pueblo. Se comete esta falacia si se intenta ganar aceptación de una afirmación apelando a un grupo grande de gente. Frecuentemente este tipo de falacia se caracteriza por usar un lenguaje emotivo.

Otras fuentes consultadas:
https://es.scribd.com/doc/52003943/falacias-formales-y-no-formales-clasificacion
http://falaciaslogicas.com/
https://profesorabelen.wordpress.com/2009/05/06/nm3-falacias-argumentativas/
http://www.xtec.cat/~lvallmaj/preso/fal-log2.htm