Cuantas
cosas para aprender nos ha dejado este 2012 que ya se acerca a su fin para dar paso a
otro año, el cual desde ya, se visualiza plagado de incertidumbre, de preguntas
sin respuesta y de nuevos desafíos. Desde el 7 de octubre tenemos un nuevo
país, pero con el criterio gatopardiano, todo cambia para que todo siga igual, que contradicción, dividido en 2 grandes bandos, el triunfador y el que sigue luchando
desesperadamente por la victoria, aun cuando sigue cosechando derrotas, de las
cuales debe aprender y debe hacerlo sobre la marcha, no hay tiempo para el
lamento ni para la desilusión.
Fueron muchos los
hechos noticiosos que nos obligan a la reflexión, al estudio, a los nuevos
aprendizajes, al forjamiento de ideas innovadoras para ser transmitidas a las
nuevas generaciones, ya que es nuestra obligación ayudarles a transitar esta
senda de cambios, intempestivos muchos de ellos, en la búsqueda del país que
todos soñamos y nos merecemos, la Venezuela sin exclusiones ni perseguidos,
donde cabemos todos, con nuestras ideas
y nuestras diferencias pero las cuales podemos discutir, en ocasiones al calor
de un buen café y en otras, estimulados por alguna espirituosa bebida que nos
permite la libre expresión de las ideas, sin temores y para el análisis.
La reflexión debe
pasearnos por temas como: el país, su economía, el futuro, las mentiras sobre
la salud del presidente y las pérdidas que esto genera, la educación, la
familia y los amigos.
Más de 8 y medio
millones de venezolanos apostaron el pasado 7 de octubre al continuismo de un modelo
político, económico, educativo, de salud y seguridad, viable para ellos, pero totalmente
insostenible para los otros 6 y medio de millones que sufragaron contra este modelo. Los controles excesivos, como mecanismo para mostrar
logros artificiales, comienzan a estrangular la economía del país, esa que ya
venía asfixiada desde hace años, con signos claros de estanflación. Esos
venezolanos, unos de manera consciente y otros como consecuencia de su
ignorancia en estos temas, pero llevados por el carisma de su “líder supremo”,
apostaron al pobre país rico.
Sabemos que en
los últimos años ha ingresado a las arcas de la nación, la mayor cantidad de
dólares que por concepto de renta petrolera se conozca, pero en desarrollo, salud, seguridad, educación e
infraestructura no ha sido invertida. El deseo del liderazgo continental, se
llevó buena parte de esos ingresos y no se trata de criticar, sino de analizar
cómo hemos de afrontar el venidero 2013, en medio de la pobreza de uno de los
países más ricos del mundo. Este tema debe ser desarrollado en todos los
escenarios, para preparar estrategias de cara a la crisis que deberemos sortear
más temprano que tarde.
Los anaqueles de
los mercados, el precio del dólar paralelo, la falta de inversión, el
precio de la canasta alimentaria, la escasez de medicamentos, la imposibilidad
de conseguir repuestos automotrices e industriales, el número de víctimas del
hampa, la cantidad de protestas realizadas por ciudadanos adeptos al gobierno o
no y el movimiento creciente en nuestros cementerios, así nos lo demanda.
Por otro lado,
siempre he sostenido que no opinar es una forma de opinar y esto tiene su
máxima expresión en la alta abstención mostrada en los últimos comicios y
frente a esa abultada cifra debemos preguntarnos: ¿esto es entreguismo o
conversión a las filas del oficialismo?, ¿14 años de desgaste y de agotamiento
del modelo impuesto más de manera autoritaria que democrática no obligan a esos
ciudadanos a reflexionar?, ¿será que el agotamiento que alcanzó a finales del
siglo pasado a los partidos políticos, alcanzó también a quienes hoy lideran
las filas de la oposición?, ¿será que debe reclamársele a quienes decidieron
abstenerse y si es así porqué?, ¿por hacer uso de su derecho y privilegio?, ¿la
alta abstención contendrá implícita en sí misma algún metamensaje o forma parte
del facilismo de muchos compatriotas?, ¿los resultados obtenidos son sinónimo
de castigo o de hastío hacia un sistema electoral que no es más que una simple
entelequia?, ¿será que VENEZUELA no significa para ellos lo que otros creemos
que debe ser para cada venezolano?, ¿será que realmente necesitamos al gendarme
necesario y por ello ir hacia un militarismo disfrazado por la vía electoral?
Como puede verse
son muchas las interrogantes a las que hay que darles respuesta y para ello,
debemos realizar, sin pasiones pero con mucha racionalidad el análisis
correspondiente a este año próximo a finalizar.
Por otro lado y
con el mayor de los respetos hacia el Ciudadano Presidente Constitucional de la
República, debemos preguntarnos si no fue un fraude el habernos engañado en lo
relativo a su salud, al afirmar que estaba totalmente curado de sus dolencias,
para que luego de recién finalizadas las más costosas elecciones de la historia,
nos enteremos por su propia boca que era mentira, que no estuvo curado y que
nos mintió a consciencia de lo que estaba en juego.
¿Cuánto dinero se
perdió si ahora debemos repetir esas elecciones y no por razones del azar sino
por una mentira premeditada?, ¿quién es responsable por la pérdida de este
dinero?, ¿acaso no se le solicitó al CNE la realización de exámenes médicos a
los aspirantes a presidente y este, de manera olímpica lo desestimó?
Pero más nos
interesa en este momento de incertidumbre darle respuesta a la obligada
pregunta: ¿y qué va a pasar ahora, hacia dónde vamos?
El país necesita
que el Presidente electo tome posesión el 10 de enero como está previsto, pero
la madre naturaleza hasta el día de hoy (19/12) parece oponerse a ello, hacemos
votos porque no sea así por el bien del país y de su pueblo. Debe acabarse con
la especulación sobre la salud del presidente ya que esto no le hace bien ni al
país ni a los procesos que deben desarrollarse en la cotidianeidad natural del accionar
de las actividades propias del cada quién como hecho socio productivo de los
estados naciones.
El análisis
correspondiente a la familia venezolana, pasa por la inseguridad que ha
ensombrecido al país y enlutado miles de hogares, produciéndose la
naturalización de estos hechos que de manera preocupante pasan a formar parte
de la familiarización de esos pequeños seres que comienzan a forjar sus vidas
con valores trastocados y que conforman la generación de relevo que guiará al
país dentro de pocos años. Pregunta obligada: ¿Dios mío estaremos conscientes
del daño que le estamos haciendo al país y a las nuevas generaciones?
Hemos visto la
lucha emprendida desde distintos sectores del gobierno por el respeto a los
derechos humanos de los privados de libertad (eufemismo utilizado para
referirse a los presos de nuestras cárceles) y eso debe aplaudirse y apoyarse,
ya que son seres humanos que en ocasiones viven en los depósitos de un
inframundo construido en otra época y bajo otros criterios.
Una vez más
debemos preguntarnos: ¿Quién vela por los derechos humanos de las viudas,
huérfanos, madres desamparadas y demás familiares de las víctimas de la
inseguridad?, ¿Quién vela por los derechos humanos de los presos políticos que
no de políticos presos sometidos al escarnio público y pareciera que a una
lenta y sufrida muerte en las mazmorras de algunas instituciones?
En lo relativo a
le educación vista como un solo sistema, necesario este para lograr el
desarrollo pleno del país y por tanto, responsable por los niveles de calidad
de vida, debemos analizar sus logros y sus tropiezos, revisar que está pasando
con la matrícula que en determinado momento aumentó a niveles que hacían presagiar
la Venezuela anhelada, pero de pronto, comenzó de nuevo a disminuir a niveles
preocupantes.
¿Qué está pasando
con las misiones?, ¿están cumpliendo su cometido?, ¿Por qué se mantienen como un
proceso paralelo al sistema formal y no son incluidas dentro de este?, ¿Qué
está pasando en y con nuestras universidades?, ¿estamos formando los
profesionales y la mano de obra que se necesita para echar a andar este país?
El proceso
globalizador obliga a la integración de los saberes y de las instituciones,
entonces, ¿Por qué algunos personeros dentro de la educación y de instituciones
gubernamentales siguen empeñados en desconocer estudios reconocidos por
universidades extranjeras?, ¿Qué pasa con los estudios en línea?, ¿Por qué en
plena era tecnológica esos personeros siguen descalificando esos medios para la
educación y formación con criterios globales?, ¿Cuál es el miedo?, ¿la calidad
educativa?, ¿Qué pasa con los títulos otorgados aquí en el país por algunas
universidades extranjeras que si son bien vistas por esos personeros pero sin
cumplir con la normativa legal vigente?, ¿Por qué la discriminación en esta
materia?, ¿Qué se está haciendo para evitar la obsolescencia prematura del
talento humano?, ¿las muertes por mala praxis no obligan al proceso de certificación
y recertificación de competencias profesionales?
Frente a todas
estas interrogantes, cabe unas cuantas más, ¿Qué hemos hecho nosotros?, ¿Cuál ha
sido nuestro papel?, ¿estamos sumando o solo dividiendo y restando?, ¿Cuáles
son nuestros aportes?
Cada uno debe
responderlas y asumir su responsabilidad para con el país, con la familia y las
nuevas generaciones. Creo que el 2013 debe ser para sumar, aportar y contribuir.
Debemos demostrarnos que si somos capaces de unirnos a la lucha por el sueño de
la Venezuela posible, la de la inclusión y esfuerzo mancomunado, muchos lo agradecerán.
Para cerrar estas
reflexiones, en el plano personal debo referirme a aquellas personas que de una
u otra manera han intervenido activamente o pasivamente para el logro de los
objetivos propuestos, entre ellos los facilitadores a quienes me honro en
coordinar, algunos de ellos los puedo considerar dentro del grupo de las amistades
que deben ser reforzadas, otros en el grupo de las amistades que deben ser
cultivadas, pero todos colaboradores y con ideas innovadoras, gracias a la
sumatoria del esfuerzo de todos, el objetivo pudo ser logrado.
Mención especial
merece la familia, pilar fundamental en este transitar de vida agitada y sin
tiempo para el agradecimiento, el solaz y el compartir, muchas veces
abandonada, relegada a segundos y terceros planos, pero siempre leales y allí
para cuando la necesitemos, sin reclamos ni exigencias, solo el apoyo y la
fuerza que en ocasiones necesitamos nos inyecten, comprendiendo las ausencias,
en ocasiones cortas, en ocasiones prolongadas, incluyendo los fines de semana
cuando nos esperan y las circunstancias nos impiden llegar o el cansancio nos
impide el compartir.
Finalmente quedan
las amistades. Nuevas amistades
aparecieron, el creador nos permitió esa fortuna, alguna otras se reforzaron y
lamentablemente otras desaparecieron como consecuencia de la vorágine de la
sociedad pos, posmoderna, la distancia, la tecnología y el olvido, y ¿por qué no?,
producto acaso de la sumatoria de los factores anteriores o del hastío. Quizás y
ojalá la esperanza no perezca en el intento, podamos recuperarlas en el futuro
mediato, y si no es así, nos quedarán los recuerdos y los buenos ratos con el
buen tinto y el café y con ellos construiremos gracias a la imaginación y la
creatividad, nuevas realidades que nos permitan eternizarlos en nuestra memoria.
Para todos ellos
mis parabienes, así como para todos los compañeros de trabajo y la directiva,
gente valiosa y colaboradora con quienes vale la pena pasar la jornada de
trabajo o las largas esperas en las carreteras o aeropuertos, la soledad de los
hoteles y de las comidas fuera del calor hogareño.
A todos mis
gracias y felices fiestas!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!