miércoles, 13 de noviembre de 2013

RACIONALIDAD, RAZON Y RAZONAMIENTO

Tema excesivamente complejo e interesante y quizás hasta cuestionado en los actuales momentos. Hasta ahora, nos hemos preciado que la diferencia con el resto de las especies de la raza animal, es la capacidad de raciocinio, pero el comportamiento animal visto últimamente en algunos de nuestros congéneres, hace dudar de esa única diferencia de la cual hasta ahora nos hemos enorgullecido.
Ahora bien, lo anteriormente dicho, solo obedece a las disquisiciones intelectuales de quién escribe, matizado este hecho por la compleja realidad que nos circunscribe al momento socio histórico que vivimos. La verdad verdadera no la tendremos jamás, ya que la polarización hará que cada quién establezca sus propios razonamientos basados en la capacidad de raciocinio que biologicistamente hablando, poseemos y de allí se derivará la razón de cada quién, contaminada según su propio prisma y por la cosmovisión que se derive de esas razones y no de la razón pura, vista esta, como la razón no mezclada con elementos empíricos y que luego sufriría la crítica implacable de Kant.
Al decir de Humberto Luis Cuno Cruz, la racionalidad que algunos han denominado radical, termina siendo insuficiente en algún momento. Surge, entonces, la necesidad de un cambio en los paradigmas de la razón, y en ese viraje, se introducen en la discusión, figuras como «la razonabilidad», la misma que a manera de una racionalidad moderada, no se contrapone a la primera, sino que la complementa, haciendo que el racionalismo lato sensu se torne en inherente a toda obra humana, dejando de estar circunscrito a un razonamiento puro de tipo lógico-matemático reservado sólo para algunas áreas del conocimiento humano, y extendiéndose también a la argumentación válida y a la discusión crítica.
Pero para entender un poco el tema, veamos algunos conceptos sencillos:
Para wikipedia: La razón es la facultad en virtud de la cual el ser humano es capaz de identificar conceptos, cuestionarlos, hallar coherencia o contradicción entre ellos y así inducir o deducir otros distintos de los que ya conoce. Así, la razón humana, más que descubrir certezas, es una capacidad de establecer o descartar nuevos conceptos concluyentes o conclusiones, en función de su coherencia con respecto de otros conceptos de partida o premisas.
Para http://es.thefreedictionary.com , es la facultad del ser humano para conocer y pensar, y que le permite formar ideas, juicios y representaciones de la realidad en la mente, relacionándolas entre sí: la razón es una facultad propia de los hombres; con frecuencia la razón es contraria a los sentimientos.
Por otro lado tenemos la visión de webdianoia.com, que establece desde el origen etimológico de la palabra hasta su significado filosófico: del latín "ratio", término con el que Cicerón tradujo el griego "logos" (que significaba, entre otras cosas, tanto "cálculo" como "discurso", significados que adoptará también "ratio").
Por "razón" se entiende, en general, aquella "facultad" o capacidad humana por la que se alcanza el conocimiento discursivamente, esto es, partiendo de premisas para llegar a alguna conclusión, o conclusiones, que se derivan de aquellas. La razón se asimila, así, a la "diànoia" (conocimiento discursivo) y se opone a "nous" (conocimiento intuitivo). En virtud de tal oposición, al ser el término "nous" traducido por el latino "intellectus" (entendimiento) la razón termina por oponerse al entendimiento, en autores cono Kant, Hegel y en la escuela de Frankfurt, por ejemplo.
Vistos los conceptos anteriores, podemos establecer el grado de complejidad que implica esta discusión y que en ocasiones lleva a la negación de la misma, ya que algunos defensores de la discusión de la razón terminan siendo irrazonablemente irracionales.
Parafraseando a Cuno, puede entenderse entonces a la razón, como un sistema de coordenadas dotado de la máxima ¿objetividad? y universalidad posibles, y por encima de la cual no existe riesgo de búsqueda de mayores explicaciones, pues, como dice el dicho: ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el ojo propio, es el principio de toda explicación y sobre ella se fundamentan subjetivamente,  todos los juicios válidos o correctos para quién los emite. En tal sentido según Nagel, Thomas, “puede servir como un tribunal de apelaciones, no sólo contra las opiniones aceptadas y los hábitos de nuestra comunidad, sino también contra las peculiaridades de nuestra perspectiva personal”.
Visto esto desde otro punto de vista, la razón que debe ser objetiva, se hace subjetiva desde el momento que el sujeto emisor la esboza y por tanto queda en entredicho y va a depender de la credibilidad de quién elabora el discurso correspondiente y este a su vez, debe tener claramente definido el orden de las observaciones y los observadores particulares, lo cual hace necesario establecer que sólo si partimos de eventos observables regidos por patrones iguales y permanentes, podremos descubrir el orden que los gobierna y a partir de ello formular las coordenadas, leyes, axiomas o reglas, que permitan explicar dichos eventos con objetividad, es decir, con aspiraciones de generalidad o validez universal.
Wikipedia: Para su cometido, la razón se vale de principios, que por su naturaleza tautológica (se explican en sí mismos), el humano asume íntima y universalmente como ciertos. Éstos son descritos por la lógica, que es la disciplina encargada de descubrir las reglas que rigen la razón. Los principios lógicos son básicamente:
·         El principio de identidad, que evidencia que un concepto es ese mismo concepto (A es A)
·         El principio de no contradicción, que evidencia que un mismo concepto no puede ser y no ser a la vez (A no es negación de A).
·         El principio del tercero excluido, que evidencia que entre el ser o no ser de un concepto, no cabe situación intermedia (A es, o no lo es).
Utilizando estos principios, la razón humana es capaz de otorgar coherencia o contradicción a las proposiciones, atendiendo no tanto a su contenido como a sus relaciones lógicas.
Pasando al punto del razonamiento, este puede ser definido como la aplicación de la inteligencia y los conocimientos que hemos adquirido a lo largo de la vida, para poder partir de dos o más premisas, realizar un cotejo o confrontación de las ideas y entre las mismas y mediante el uso de la experimentación y deducción, llegar a la elaboración de una afirmación o predicción sobre un hecho en particular o sobre sucesos generales.
Para wikiquote: El razonamiento es la facultad que permite resolver problemas, extraer conclusiones y aprender de manera consciente de los hechos, estableciendo conexiones causales y lógicas necesarias entre ellos. En sentido más restringido se puede hablar de razonamiento argumentativo (actividad lingüística de argumentar) y razonamiento lógico (en el que, partiendo de uno o más juicios, se deriva la validez, la posibilidad o la falsedad de otro juicio distinto). Existen varios tipos de razonamiento lógico: deductivo, inductivo y abductivo, entre otros.
De los conceptos anteriores podemos inferir que el razonamiento es la consecuencia de la razón, pero en este punto debemos preguntarnos: ¿el hecho de tener la facultad para razonar, nos hace obligatoriamente racionales?, ¿si la capacidad de razonar es inherente a los humanos, porque entonces el comportamiento irracional que exhibimos en ocasiones?
Perelman (1997), afirma que «mientras las nociones de “razón” y de “racionalidad” se vinculan a criterios bien conocidos de la tradición filosófica, como las ideas de verdad, de coherencia y de eficacia, “lo razonable” y “lo irrazonable” están ligados a un margen de apreciación admisible y a lo que, excediendo de los límites permitidos, parece socialmente inaceptable».
Todo razonamiento puede revestirse de validez en la medida que pueda suponerse que se refiere a un mismo objeto real, por eso es que cada razonamiento sólo puede referirse a un solo objeto. Este objeto, en el curso del razonamiento, formalmente considerado, no está explícitamente mencionado, por lo que se le conoce como “objeto supuesto”.
El razonamiento es lo que delimita las diferencias entre ser humano o no serlo. Esta postura la mantenía Descartes y, hoy en día, la siguen manteniendo muchas personas, sin embargo, esto se cuestiona con la teoría de la evolución y hay nuevas posturas al respecto. El razonamiento es pues, “aquella actividad que tiene un objetivo preciso pero que no suele usar procedimientos rutinarios, los procesos deductivos no se realizan, generalmente, de forma automática. Es independiente del sustrato físico, aunque animales y humanos realicen inferencias, es independiente del sustrato físico, ya que los ordenadores resuelven problemas de lógica, tanto inductivos como deductivos.
Conocemos tres formas principales de razonamiento:
a) La analogía
b) La inducción
c) La deducción  

EL RAZONAMIENTO POR ANALOGÍA.
De los tipos de razonamiento lógico, es éste el más común al nivel de la vida cotidiana, aunque, a veces, también se da en las ciencias. Algunos lógicos (el primero Aristóteles) han definido este tipo de razonamiento como el que va “de lo particular a lo particular”.
Consiste en establecer una relación de identidad a partir de relaciones de semejanza. El caso más típico se da cuando se verifican en un objeto varias de las características de otro conocido y, a partir de esta verificación, inferimos que el primer objeto  coincide en todo con el objeto conocido.
EL RAZONAMIENTO POR INDUCCIÓN.
El razonamiento inductivo es el más fecundo de los razonamientos lógicos, pues permite descubrir y formular las leyes generales que existen en la naturaleza, en el hombre y en la sociedad. Se ha resumido este tipo de razonamiento afirmando que es el que “va de lo particular a lo general”.  
Existen dos tipos de inducción lógica:
a) La completa, que se da cuando a partir de la observación de todos los casos posibles se afirma algo de esa totalidad.
b) La incompleta, que es más usada en la práctica, pues casi nunca es posible verificar todos los casos. La incompleta parte de la observación de una  muestra representativa de casos para afirmar algo de la totalidad. La inducción incompleta presenta un problema: el de la validez de la generalización efectuada a partir de las observaciones.
EL RAZONAMIENTO POR DEDUCCIÓN.
El razonamiento deductivo es el razonamiento lógico por excelencia, pues es el que se da en el ámbito de lo general. Consiste en la inferencia de un juicio a partir de otro u otros juicios ya conocidos y que guardan relación entre sí. Se ha llamado, con razón, al razonamiento deductivo “el razonamiento que va de lo general a lo  particular”.
Existen dos formas básicas del razonamiento deductivo:
a) El inmediato, que se da cuando la única operación lógica que se realiza es la modificación de un juicio;
b) El mediato, que se da cuando es necesario realizar una relación de mediación entre dos o más juicios para obtener una conclusión. (http://new.aulafacil.com)
Para abarcar la racionalidad, debemos entender la postura de Popper, quien comienza por diferenciar los términos "RAZON" y "RACIONALISMO". Al primero le asigna un sentido amplio que abarca la actividad intelectual, la observación y la experimentación. Al segundo término lo define como una actitud que procura resolver la mayor cantidad posible de problemas recurriendo a la razón.
RAZON y RACIONALISMO son dos caras de una misma moneda, sólo que el racionalismo es producto de la razón, moneda que no puede ser lanzada al aire para seleccionar entre alternativas a menos que su lanzamiento esté cargado de la experiencia y de argumentos críticos, para que con la ayuda del raciocinio podamos seleccionar la mejor alternativa.
Para Atienza, racionalidad en sentido amplio, es aquella que se identifica con la noción de «razón», por ello cuando se habla de racionalidad en ese sentido, se hace referencia a toda la gama de derivados de la razón, es decir, se puede entender como «racional» a «lo estrictamente racional», a «lo razonable en sentido estricto» y a «lo razonable en sentido amplio».
Racionalidad en sentido estricto, es aquella que se hace evidente siguiendo solamente un proceso de razonamiento formal lógico deductivo y por ello mismo es aceptada necesariamente. Por lo tanto, no es necesario recurrir a ningún criterio de razonabilidad para hacerla aceptable, ni mucho menos identificarla innecesariamente con la razonabilidad en ninguno de sus sentidos.
La expresión racional supone una estrecha relación entre racionalidad y saber. La RACIONALIDAD tiene que ver con la forma en que los sujetos capaces de lenguaje y de acción hacen uso del conocimiento. EL SABER se expresa en las emisiones o manifestaciones lingüísticas, en las acciones teleológicas, etc.
Para Miguel Martínez Miguélez, la actitud ordinaria del ser humano, ante desafíos de fondo, siempre ha sido, más o menos, similar: primero, negar los hechos; en un segundo momento, si los hechos persisten y se repiten, aplicarles el lecho de Procusto (forzarlos a entrar dentro de los moldes o "potros" conceptuales preestablecidos), y, sólo en un tercer lugar, revisar los supuestos básicos.
El esfuerzo humano más grande que se le presenta a nuestra mente es el de trabajar cambiando todo su aparato conceptual, es decir, el jugar cambiando las reglas del juego cognitivo. De ahí la gran resistencia en buena, y, a veces, no tan buena fe, para hacerlo.
La racionalidad científica clásica siempre ha valorado, privilegiado, defendido y propugnado la objetividad del conocimiento, el determinismo de los fenómenos, la experiencia sensible, la cuantificación aleatoria de las medidas, la lógica formal aristotélica y la verificación empírica. Pero la complejidad de las nuevas realidades emergentes durante este siglo, su fuerte interdependencia y sus interacciones ocultas, por una parte, y, por la otra, el descubrimiento de la riqueza y dotación insospechada de la capacidad creadora y de los procesos cognitivos del cerebro humano, postulan una nueva conciencia y un paradigma de la racionalidad acorde con ambos grupos de realidades.
Es deber de la ciencia ofrecer una explicación rigurosa y completa de la complejidad de los hechos que componen el mundo actual e idear teorías y modelos intelectualmente satisfactorios para nuestra mente inquisitiva. Esto exigirá estructurar un paradigma epistémico que coordine e integre, en un todo coherente y lógico, los principios o postulados en que se apoyan los conocimientos que se presentan con fuerte solidez, estabilidad y evidencia, ya sea que provengan de la filosofía, de la ciencia o del arte. Pero la interdependencia de las realidades exigirá que este paradigma vaya más allá de la multidisciplinariedad y llegue a una verdadera interdisciplinariedad, para derivar finalmente en la transdisciplinariedad propia de este nivel de complejidad, que permita permear y transcender las barreras actuales para coadyuvar a la generación del nuevo mundo científico, lo cual constituirá un gran desafío para la ciencia del siglo XXI.
A manera de conclusión, los humanos nos preciamos de nuestra racionalidad, la cual nos permite ser seres razonables y aplicar esta a la solución de los problemas de nuestra cotidianeidad por la vía del razonamiento, sin embargo, cada uno de estos términos y su interrelación que nos permite diferenciarnos del resto de las especies, se ven negados en nuestro accionar diario y mucho más por aquellos que tienen la responsabilidad en la conducción del país, de las nuevas generaciones y servir de modelo para nuestros congéneres.

La generación de nuevos saberes, obligación propia de quienes han pasado por las aulas de las instituciones académicas en los programas doctorales, debe ser hoy más que nunca, la obligación a la cual nos debemos, pues el país, a gritos pide estas nuevas construcciones y las discusiones propias de este nivel, para coadyuvar en la resolución de la problemática diaria que hoy nos asfixia por culpa de la indolencia de algunos colegas negadores del juramento doctoral y apoltronados en su zona de confort, aliada de la titularitis y no de la actitud doctoral.