La Pedagogía puede definirse como el arte y la ciencia de enseñar, el arte
de transmitir experiencias, conocimientos, valores, con los recursos que
tenemos a nuestro alcance, como son: la experiencia, los materiales, la misma
naturaleza, los laboratorios, los avances tecnológicos, la escuela, el arte, el
lenguaje hablado, escrito, la corporalidad, los símbolos y aspectos implícitos
en la proxémica.
La Andragogía es la disciplina que se ocupa de la educación y el
aprendizaje del adulto. Etimológicamente la palabra adulto, proviene de la voz
latina adultus, que puede interpretarse como "ha crecido" luego de la
etapa de la adolescencia. El crecimiento biológico del ser humano llega en un
momento determinado al alcanzar su máximo desarrollo en sus aspectos
fisiológicos, morfológicos y orgánicos; sin embargo desde el punto de vista
psico-social, el crecimiento del ser humano, a diferencia de otras especies, se
manifiesta de manera ininterrumpida y permanente.
Adolfo Alcalá, venezolano, en su obra "La praxis andragógica en los
adultos de edad avanzada", se refiere a la Andragogía "como la
ciencia y el arte que, siendo parte de la Antropología y estando inmersa en la
Educación Permanente, se desarrolla a través de una praxis fundamentada en los
principios de Participación y Horizontalidad; cuyo proceso, al ser orientado
con características sinérgicas por el Facilitador del aprendizaje, permite
incrementar el pensamiento, la autogestión, la calidad de vida y la creatividad
del participante adulto, con el propósito de proporcionarle una oportunidad
para que logre su autorrealización".
La heutagogía, concepto acuñado en el año 2000 por Steward Hase y Chris
Kenyon de la Southern Cross University de Australia, para designar el proceso
de aprendizaje autodeterminado de los adultos, definido por ellos como el self
determiner para superar el proceso de andragogia, el cual era visto como el
conjunto de técnicas de enseñanza orientadas a educar personas adultas, en
contraposición a la pedagogía, que es la enseñanza orientada a los niños.
Una visión interesante de los
autores que se incorpora a los conceptos de Andragogía, refiriéndose a aprender
a aprender, descubriendo las mejores maneras de aprender en cada individuo:
visual, auditivo, kinestésico, en la auto-dirección en el aprendizaje basado en
la auto-confianza: Más allá de las estructuras, la Heutagogía se presenta como
una mirada más profunda hacia los autodidactas frente a los cambios
tecnológicos que presentan mayores oportunidades de crear y facilitar
aprendizajes. Si desde el autoaprendizaje podemos construir aprendizajes, desde
las comunidades de aprendizaje será más fácil la construcción y deconstrucción
de los aprendizajes.
Ernesto Yturralde agrega: "La heutagogía nos permite un enfoque a la
capacidad de los individuos de aprender a aprender desde la investigación para
el saber y la puesta en marcha desde la praxis en el hacer, tanto en entornos
formales e informales. Una mirada de un
empirismo estructurado con resultados superiores, fundamentados en el
constructivismo, con la presencia de la esencia de la Antropogogía (educación
permanente) y el eventual apoyo de facilitadores de procesos de aprendizaje o
mentores".
Etimológicamente el término provendría de una formación irregular de las
palabras griegas ευρετικός (heurista) cuyo significado es
"descubrir", εφευρετικός (heuretikos) que significa
"inventiva", εύρημα (heuriskein) que significa "encontrar",
y άγω (ago) "guiar"; lo que nos lleva a concluir que su significado está
en el guiar los descubrimientos y los hallazgos. La heutagogía entonces, consiste
en estrategias de aprendizaje enfocadas en aprendices maduros, para permitir
modificar conocimientos existentes, hacia la creación de nuevos conocimientos.
Debemos entender como aprendiz maduro a un individuo de cualquier edad que
quiere aprender algo que le placeo le conviene.
En la heutagogía, vista esta como la teoría del aprendiz libre, es clave el
concepto del doble bucle, del inglés double loop learning, el cual permite
cambiar nuestros modelos mentales, convicciones y reglas del juego con las que
tomamos decisiones. Esto requiere usar experiencias e información previa para
replantear los convencimientos y presunciones propias para obtener resultados
que ataquen la raíz del problema más allá de la visión proveída por el
aprendizaje lineal o de un solo bucle.
En el doble bucle, el aprendizaje se realiza a través de la reflexión sobre
la validez de nuestros convencimientos y de nuestros modelos mentales. Esto
permite la evolución de estos modelos y mejorar a nivel personal y profesional
para aportar más valor a la familia, la sociedad y la empresa.
Por lo tanto la persona es capaz de buscar nuevas maneras de resolver
problemas si el resultado no le ha sido satisfactorio. Esta búsqueda se hace
desde la visión propia de la persona sin imposiciones de formas o maneras para
el abordaje de las situaciones a las cuales debe enfrentarse en su
cotidianidad.
Igualmente permite a la persona reflexionar sobre su yo axiológico, es
decir, acerca de sus valores subyacentes y su sistema de creencias, ya que
sobre esos aspectos se soportara su proceso de toma de decisiones, esto en
conjunto con las experiencias previas, de las cuales deberá desechar, aquellas
que le fueron infructuosas o no exitosas y por lo tanto, ira regenerando sus
mapas mentales en concordancia con el logro de sus objetivos y por tanto de sus
éxitos personales y profesionales.
Desde la óptica educativa, la heutagogía se da desde el contrato de
aprendizaje, pasando por el currículo flexible, ya que para buscar estas nuevas
formas de actuación, no podemos pretender que se haga desde experiencias del
pasado y con la rigidez que en algún momento tuvo el currículo y la práctica
pedagógica y la forma de lograr esto es cambiando la praxis educativa y
permitiendo a los aprendices que sean ellos quienes dirijan sus preguntas a los
facilitadores docentes, a objeto de lograr la satisfacción de sus dudas o necesidades
educativas, por supuesto, esto debe ir acompañado de un sistema de evaluación
flexible y negociada.
La heutagogía debe tener presente la complejidad y la imprevisibilidad de
las conexiones neuronales. Cada ser humano es propio, no tiene comparaciones
posibles, aunque diariamente caemos en la tentación y la tremendura de
compáralos o compararnos, de allí que cada uno, tiene su propia forma de ver y
abordar las situaciones, pero esto solo complica la situación cuando nos
encontramos en nuestro ambiente natural, rodeados por nuestros congéneres, sea
a nivel familiar, social o laboral y cada uno tiene opiniones propias y
criterios disímiles y por tanto debemos estar preparados para respetar las
distintas opiniones que deben surgir del procesos heutagógico.
En heutagogía se hace especial hincapié en aprender a aprender más y mejor,
se toma en cuenta el aprendizaje transformacional o de segundo orden y se
consideran oportunidades de aprendizaje universal, holístico y transdiciplinario
que encierran un proceso no lineal y otorgan al aprendiz la verdadera
autonomía. El participante observa su proceso de aprendizaje a la luz del
contenido de su conciencia: sus creencias, prejuicios, emociones, valores, de
modo que se autogarantice y construya la capacidad de aprender y renovarse
permanentemente, de adaptarse a los cambios de su entorno y al manejo de lo
complejo, la incertidumbre y lo caótico, tomando en cuenta la flexibilidad y el
respeto de cómo cada uno aprende.
Rojas (2011) comenta lo siguiente: “Los procesos heutagógicos propenden a
que existan ambientes de aprendizaje basados en la confianza lo cual genera
ámbitos de autonomía necesarios para que el propio estudiante tome control y
dirección de su proceso de aprendizaje y el docente es un mediador de
aprendizajes con quien se comparten pareceres y visiones o con quien se
discuten desacuerdos. No hay aprendizaje correcto y el avance de una visión
ingenua hacia un proceso epistemológico permite crear significatividad
cognitiva. El proceso de aprendizaje heutagógico se distingue porque el
contexto ontológico se constituye en un ambiente laboral o se aprende mientras
se hace lo que se está aprendiendo. El fin último del proceso heutagógico es la
autotransformación del discente o estudiante.”
De allí que sea necesario incorporar el aprendizaje conectivista, el cual
presupone un control por parte del aprendiz de su propio aprendizaje basado en
el desarrollo de habilidades y del uso de un entorno de aprendizaje creciente y
personalizado. Esto escapa claramente al control de los docentes quienes
preferentemente deciden no involucrarse en el uso de tecnologías de internet
para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Quienes se dedican a la práctica de la docencia saben lo difícil que
resulta motivar a los aprendices para que sean ellos quienes tomen la
iniciativa en el aprendizaje. Un cambio así es necesario, se implemente o no
una educación conectivista pues ignorar el potencial de información,
comunicación, interacción y conocimientos que ha traído Internet sería como
comprar un caballo para el transporte en una ciudad invadida por vehículos
automotores.
El cambio de la pedagogía a la heutagogía debe darse gradualmente, desde
los primeros años escolares donde es necesaria una mayor supervisión de los
educadores hasta el nivel superior, donde
este control del autoaprendizaje vendrá de manera natural en los estudiantes,
aunque para que esto suceda, quizás debamos esperar el relevo de los actuales
docentes y autoridades educativas por nuevas generaciones más receptivas a los
cambios y formas en esta era digital.