martes, 27 de diciembre de 2016

NUEVOS ESCENARIOS PARA LA EDUCACIÓN

El inexorable avance del tiempo nos coloca frente a la necesidad de hacer fecunda nuestra imaginación y creatividad para dar respuestas exitosas a las demandas de la sociedad. Ya se nos hace difícil reconocer el tiempo en que vivimos, no sabemos si estamos en el futuro hecho presente o en el presente hecho pasado, pero lo cierto del caso, es que tenemos un reto que afrontar y este no es otro que atender los nuevos escenarios para la educación.

Trabajar la prospectiva en educación es poco menos que hacer realidad las fantasías creadas en o por nuestras mentes.  Los niños y jóvenes son cada vez más de generaciones distintas a las de sus maestros o profesores, lo cual viene incidiendo de manera negativa en el rol del docente y en el papel del aula o del campus universitario.

El dominio y las destrezas tecnológicas mostradas por estos niños y jóvenes son inversamente proporcionales a las mostradas por la generalidad de los docentes y esto es producto de una diversidad de factores que son difíciles de manejar. Entre los principales tenemos: nuestras universidades forman profesionales para el pasado y no para el futuro y esto se debe a los diseños curriculares y la bibliografía utilizada.
 
Es necesario este cuestionamiento para poder entender que la velocidad a la cual se elaboran e imprimen los textos o libros de papel, no permite cubrir la demanda que por vía tecnológica tienen los educandos y por tanto se debe dar prioridad a las editoriales digitales para poder satisfacer la creciente demanda de textos actualizados y que permitan la educación en prospectiva. Igual sucede con los diseños curriculares, la adaptación de los mismos a los tiempos de desarrollo tecnológico, es impropia para atender el desarrollo de nuevos modelos en todas las áreas del saber y esto es consecuencia del proceso paquidérmico que impera en los entes encargados de las políticas públicas en materia educativa.

Aún seguimos manteniendo los 3 tipos de educación conocidos hasta ahora: educación formal, no formal e informal con sus conceptos inalterables. Formal: “Sistema educativo altamente institucionalizado, cronológicamente graduado y jerárquicamente estructurado que se extiende desde los primeros años de la escuela primaria hasta los últimos de la Universidad”.
 
No formal: “Toda actividad organizada, sistemática, educativa, realizada fuera del marco del sistema oficial, para facilitar determinadas clases de aprendizaje a subgrupos particulares de la población”.
 
Informal: “Proceso permanente en el que todo individuo adquiere y acumula conocimientos, habilidades, actitudes y modos de discernimiento mediante las experiencias diarias y su relación con el medio ambiente”

La educación formal atiende los primeros estadios vitales:  infancia, adolescencia y juventud y  es un derecho de todos pero por diferentes motivos no llega a todo el mundo, es además limitada en tiempo.

La educación no formal, va satisfaciendo de manera puntual y limitada en el tiempo, las necesidades específicas de cada individuo a lo largo de toda la vida, no se dirige de forma global a todos los individuos, sino que se centra de forma especializada en colectivos determinados con el fin de satisfacer objetivos concretos.

La educación informal estará presente a lo largo de toda la vida del individuo y abarca a todo tipo de individuos y en todo espacio de convivencia.

Según M.Dolors Corretgé, la  nueva sociedad del aprendizaje exige un cambio radical en el planteamiento, sistematización y organización de la educación que atienda a nuevos fenómenos:

1. La consolidación del derecho a la educación y la democratización del acceso a ésta
2. Los cambios en la estructura demográfica de la población
3. El avance de las nuevas tecnologías
4. Los grandes cambios políticos
5. La reorganización económica
6. Los cambios sociales y culturales

La interrelación entre todos ellos debe conllevar a cambios sin precedentes, partiendo de la idea que se hace necesaria una educación a lo largo de toda la vida y que esta debe ser vista como algo mucho más complejo que la simple instrucción, ya que es un proceso permanente que guiará y marcará la vida de cada aprendiz, por lo que debe entenderse que la escuela no es la única sede de formación, ni ella puede aportar todo el bagaje cultural, profesional y personal, necesario para el desarrollo de todo individuo.

Todo ello debido a que la educación debe atender de manera exitosa, la satisfacción de una serie de funciones:
 
·         Transmisión del bagaje cognitivo cultural
·         Formación para la ciudadanía
·         Preparación para la vida activa
·         Integración en el grupo y la sociedad
·         Desarrollo personal

Por tanto se hace necesario cuestionar el rol que hasta ahora le ha sido dado al docente, ya que para lograr los aspectos anteriores, se necesita algo parecido a un superhéroe, pero nuestro docente, es un ser humano que con ahínco y dedicación se ha preparado en condiciones inapropiadas para el exigente rol que la sociedad le demanda, además de contar con remuneraciones que en ocasiones solo le permiten cumplir con las necesidades primarias y secundarias, quedando las demás necesidades de la pirámide de Maslow, en solo sueños inalcanzables.

Igual situación tenemos con las sedes educativas y los campus universitarios, que a la luz de las insuficiencias presupuestarias, se hacen invivibles para nuestros estudiantes por la falta de las comodidades mínimas y la falta de dotación didáctica y tecnológica propia de los tiempos que vivimos y que aceleran el proceso de deserción escolar como consecuencia del aburrimiento y la insatisfacción.

A los factores anteriores, debemos agregar la visión errónea que se ha desarrollado en el mundo educativo, al ser vista y percibida como una obligación y no como el descubrir de los nuevos saberes y su aplicación para el mejoramiento de la calidad de vida. Para los humanos, todo lo que les es impuesto, tiene como reacción inevitable, el rechazo inmediato y por ello, la educación vista como una obligación, tiene la batalla perdida aún antes de iniciar actividades.

Mercé Gisbert de la Universitat Rovira i Virgili, nos dice que: La llamada sociedad del conocimiento gira alrededor de la revolución tecnológica y la digitalización de todos los aspectos de la vida, a la vez que ha generado importantes cambios en todas las dimensiones: económica, política, sociocultural y educativa. Ha instaurado nuevas formas de aprender, de comunicarse, de relacionarse; en definitiva, ha creado nuevos estilos de vida y nuevas formas de aprender a aprender. Pero para poder entender, en toda su magnitud, el significado de esta expresión hemos de considerarla desde las tres acepciones que con más frecuencia se utilizan para denominar los efectos de la tecnología: sociedad de la información, sociedad de la comunicación y la sociedad red y de allí que, los grupos pequeños, la comunicación asíncrona, la superación de las coordenadas espacio-temporales y unos proyectos formativos orientados al estudiante y al proceso de comunicación didáctica, más que a los contenidos, configuran un escenario de aprendizaje mucho más rico, pero a la vez, mucho más complejo desde todos los puntos de vista.

Otro factor importante según Gisbert, es el “Flipped Classroom” como un nuevo modelo de aprendizaje mixto (blended learning), en el que la tecnología tiene un papel fundamental y las horas presenciales de clase se utilizan para que el profesor interactúe con los estudiantes y en el que es fundamental el tiempo de trabajo de los estudiantes más allá del tiempo compartido con el profesor.

Nuestros estudiantes no solo viven en una sociedad tecnológica, sino que también deberán trabajar en ella. Por esta razón, tenemos la responsabilidad de ayudarles a adquirir no solo las competencias específicas de los contenidos de su titulación, sino también las competencias básicas necesarias, además de las específicas, para poder enfrentar con éxito su desarrollo personal y profesional de una manera crítica y a la vez constructiva. Es a estas competencias a las que la Dirección General de Educación y Cultura de la UE (Comisión Europea, 2007) ha denominado clave.

Pero ¿qué son las competencias clave?: según la Comisión Europea (2007, p. 6), “... las competencias clave son aquellas de valor particular, que tienen áreas múltiples de utilidad y son necesarias para todos”. Estas han de aportar beneficios en un amplio espectro de contextos y, por lo tanto, han de ser aplicables a diferentes y múltiples áreas del desarrollo vital.

El desarrollo de esas competencias clave implica nuevos escenarios para la educación y estos deben:

1. Permitir a los individuos que las adquieren ayudar a mejorar el nivel de beneficios tanto económicos como sociales.
2. Traer beneficios a una multiplicidad de contextos y ser aplicables a diferentes áreas de la vida.
3. Reducir el énfasis en aquellas que se consideran de uso específico para un oficio, profesión o situación vital en particular.

En este marco, la Comisión Europea (2007) define las competencias clave que se detallan a continuación:

1. Comunicación en lengua materna.
2. Comunicación en lengua extranjera.
3. Competencia matemática y básica en ciencia y tecnología.
4. Competencia digital.
5. Aprender a aprender.
6. Competencia social y cívica.
7. Iniciativa y espíritu de empresa.
8. Conciencia y expresión culturales.

Estas competencias claves deben verse desde el punto de vista holístico y ser trabajadas de manera conjunta, en cuanto a formación y aprendizaje, ya que ellas involucran la movilización de destrezas prácticas, así como habilidades cognitivas y creativas, así como actitudes, motivación y valores.

Desde muchos puntos de vista, las exigencias del actual mundo laboral y profesional implican la creación de escenarios para la formación y el aprendizaje que cumplan con la misión de preparar a los ciudadanos y futuros profesionales para solucionar problemas reales en tiempo real y optimar al máximo el proceso de aprendizaje, a la vez que construyen conocimiento y son capaces de retenerlo.
 
De igual manera, el continúo avance de las TIC´s, la reformulación de los espacios formativos y las redes de comunicación, permiten generar espacios para la inteligencia distribuida. De allí que los procesos de simulación y la incorporación de casos de estudios a ser resueltos de forma práctica, pasan a ser las nuevas herramientas didácticas de preferencia para poder dar respuesta exitosa a esas demandas sociales.

La educación no presencial y asincrónica, debe dejar de ser cuestionada y pasar a ser aceptada como alternativa válida para todos aquellos aprendices digitales, a quienes los métodos, sedes y campus tradicionales, les aburre y en contraposición, pueden contribuir activamente a la deserción escolar.

El uso de las TIC´s en el ámbito educativo, así como la llegada de estudiantes alfabetizados digitalmente, conllevan a la necesidad de revisar y adaptar el papel formativo de la educación con la inclusión de los escenarios y la simulación como herramientas didácticas y procesos fundamentales para el aprendizaje.

Simulación y escenarios en los cuales, el participante debe asumir nuevos retos durante el desarrollo de su proceso de aprendizaje, así como permitir a las instituciones educativas, tomar consciencia que no todo el proceso de aprendizaje se desarrolla en los espacios educativos y por tanto, considerar las potencialidades de los escenarios tecnológicos no solo para mejorar el nivel de innovación, sino también para favorecer la capacidad de relación con el entorno y aumentar en consecuencia, el grado de empleabilidad para un estudiantado acostumbrado al hecho que, el uso de la tecnología, es una tarea cotidiana.

La educación, como sistema, proceso y política pública, debe reconocer que no hay nada más desigual que tratar a todos por igual, ignorando las diferencias propias existentes entre todos los humanos y por tanto debe darle cabida a estos nuevos escenarios y nuevas formas de permitir la formación personal y profesional, según sean sus intereses, a aquellos disconformes con el sistema y modelo tradicional educativo.

Debe permitirse la incorporación en nuestras universidades e institutos universitarios, de procesos de formación para docentes capacitados en métodos y modelos educativos alternativos, que aseguren el cumplimiento del precepto constitucional en cuanto al papel de la educación en el marco de esta sociedad del futuro.