sábado, 26 de agosto de 2017

¿QUE ES UN POLÍTICO?

No pudiendo abstraernos de la realidad nacional y los hechos que nos circundan y analizando con otra persona en días pasados la situación de país, expresamos las distintas posturas al respecto, pudiendo percibir el nivel de polarización que tiene atrapado al ciudadano y al no haber consenso, me dice mi interlocutor: “lo que pasa es que mucha gente tiene una visión errada de la situación”, a lo que trato de indagar, ¿cuál será la visión correcta? Y recibo como respuesta: “la de los políticos: Este es el momento de los políticos”, a lo que cabe otra pregunta: ¿y quiénes son los políticos?. Me responde mi interlocutor en un tono un tanto despectivo y descalificador: “Yo. Yo soy un político”
Aquel diálogo me generó las dudas correspondientes y me pregunte: ¿en realidad que es un político y quiénes son los políticos? Y aunque ese no es el objeto de este blog, me aventuraré a escribir del tema para saciar un poco mi ignorancia respecto al tema.
Wikipedia expresa respecto al tema: Un político es una persona que se dedica a realizar actividades políticas. Existen diversas acepciones del término: En primer lugar se refiere a personas vinculadas a la administración pública; se considera que un político es toda persona afiliada a un partido político y que ha sido elegida o nombrada para tareas asociadas a organismos, asociaciones o instituciones públicas.
En segundo lugar un político puede referirse a cualquier persona afiliada a una asociación o grupo que desarrolle actividad partidaria, con independencia de si ostentan o no algún cargo público.
En países no democráticos o con problemas de representatividad, algunas personas desarrollan actividades políticas al margen de la administración, llegando a convertirse en presos políticos.
En la mayoría de países el ordenamiento jurídico considera a los políticos elegidos o nombrados como representantes del pueblo en el mantenimiento, la gestión y administración de los recursos públicos. Dicho ordenamiento considera que un político debe velar por el interés general de los ciudadanos y mantenerse dentro de una ética profesional de servicio al pueblo y no hacia sí mismo. La corrupción, la demagogia, el sectarismo y la incompetencia son males que afectan en mayor o menor medida a la clase política de la mayoría de países.
Buscando otras acepciones, me consigo la siguiente tomada de http://inciclopedia.wikia.com/wiki/Político: Político (Del griego ανοητος) es una persona que vive del cuento y protesta por todo sin conseguir nada. Estos personajes, como seres superiores que hacen lo que quieren, se encargan de todas las cosas que los ciudadanos normales no podríamos asimilar ni en un millón de años (Ellos ni siquiera se preocupan en asimilarlo).
El 26 de septiembre de 2013, Jesús Mazzei Alfonzo escribió para El Universal lo siguiente: Los ciudadanos de a pie, los legos en el tema se preguntan ¿qué es un político?, ¿qué hace un político?, ¿se puede formar un político?, ¿para qué existe el político? Estas y otras interrogantes se suelen hacer. Pues bien el repaso del libro de Max Weber La Ciencia como Profesión la Política como profesión y la lectura del libro del destacado politólogo español Manuel Alcántara Sáez, El Oficio del Político, entre otros textos; me abrieron la oportunidad para compartir algunas reflexiones e inquietudes sobre el tema en cuestión.
En efecto, el zoon politikon de Aristóteles no ha dejado de estar presente por la hipercomplejidad del ser humano, el hecho que los políticos se muevan en el seno de instituciones o en palabras de Weber, "... la dirección o la influencia sobre la dirección de una asociación política: en la actualidad de un estado...". El político, abarca el ámbito de la toma de decisiones y la realización de programas y planes de acción. Implica, además, la conducción y coordinación horizontal y vertical de las diferentes acciones de gobierno. El político es un hombre de acción y por ello, requiere de instrumentos conceptuales para una mejor comprensión de los fenómenos políticos, de cómo operan y se procesan. Es la gestión y dirección de los asuntos públicos. Tiene que ver además, con las relaciones de poder en el ámbito público, porque en política se dan cuestiones relativas a la dominación, sumisión que se enlazan con la regulación formal e informal en instituciones o estructuras políticas. Aquí surge el liderazgo que  resulta de la combinación de tres factores: el poder que deriva de las disposiciones constitucionales, los mecanismos informales de influencia y las circunstancias y situaciones que auparon al líder al puesto de mando y que lo mantiene a lo largo del tiempo influyendo y vigente esto tiene mucho que ver con las cualidades personales que desarrolla y sus limitaciones. La moderna ciencia política hace su aparición con dos autores fundamentales que se dedican al  inicial estudio de los políticos a través de dos tratadistas del tema: Maquiavelo y Guicciardini. El primero habla de la fortuna y la virtud, el segundo habla del impeto, la prudenza, la necessitá, la discrezione como elementos definidores de un político.
Para enriquecer la discusión tomo ahora la opinión de Borja Ventura expresada el 16/08/2012 en http://www.eldiario.es/zonacritica/Politicos-profesionales-politicos y que se refiere a la realidad española: “Lo más normal para llegar a triunfar en estos días en política es contar con una dilatada trayectoria como militante a las órdenes del partido o, en los tiempos que corren, teniendo la formación que mejor encaje en el momento oportuno. Lo primero funciona especialmente bien en nuestro país, donde muchos de nuestros representantes han carecido de trayectoria profesional porque han dedicado toda su vida a las siglas que defienden. De la militancia precoz al paso por las Juventudes, de ahí a cargos municipales menores y, si todo va bien, el salto al ruedo nacional. Al final el peligro es ese, que defiendan las siglas más que al interés general.”
Claudia Korol en http://servicioskoinonia.org escribe: En los últimos años, distintos procesos han concurrido para la enajenación de la política en los movimientos populares. Su deslegitimación es tal, que resulta «políticamente conveniente» llenar las listas electorales con artistas, deportistas, vedettes, humoristas, que intentan convencernos que «no son políticos», sino que su compromiso está «con la gente». Concurren ahí diversos factores, como la derrota de los proyectos revolucionarios de los años 60 y 70, y la mutilación de generaciones enteras de luchadores sociales realizada por las dictaduras; el descrédito de las izquierdas, producido ante el derrumbe del llamado campo socialista; la fuerza que en los años 80 cobró la contrarrevolución conservadora y las prédicas del «fin de la historia»; y también, en los 90, las políticas de financiadoras y ONGs, que invirtieron demasiados recursos en «capacitaciones», dirigidas a los «nuevos movimientos sociales» (a los que se nombró así para diferenciarlos teórica y prácticamente de los históricos movimientos populares y/o clasistas), que tienen como objetivo promover una fractura entre sus demandas específicas, y la posibilidad de que las mismas se articulen en proyectos anticapitalistas y/o socialistas.
En el marco de las políticas neoliberales que condujeron a estos movimientos a garantizar día a día la sobrevivencia, estableciendo una cultura de pragmatismo e inmediatismo, se realizó la operación ideológica de despolitización de los movimientos, mientras se producía simultáneamente la monopolización del ejercicio de la política en los reducidos círculos del poder mundial y de los poderes locales.
«Lo personal es político», dijeron hace ya varias décadas las feministas. Tal vez el momento que vive América Latina, nos permita avanzar en la recuperación no sólo de las dimensiones políticas de la resistencia, sino también en la profundización de la conciencia, a partir del ejercicio de nuevos vínculos que hagan del nacimiento, del crecimiento, e incluso de la muerte, no determinaciones de la naturaleza, sino gestos culturales de práctica de la libertad. Procesos cotidianos de creación de autonomía, de constitución de sujetos individuales y colectivos, protagonistas de su propia historia.
Domenec Benaiges Fusté, el 26 de abril de 2011, expresó lo siguiente: si quieres ser un líder político debes entender algo muy importante. Aunque la mentira funcione perfectamente para conseguir votos y tenga pocas consecuencias a poco plazo a medio y largo plazo es un absoluto suicidio político. El líder político de verdad, aquél que te hará ser recordado como una gran persona y líder político es aquél que tiene tantas habilidades verbales y de manipulación positiva que no necesita mentir.
Un buen comunicador no necesita mentir, puede decir la verdad, aunque duela, hacerlo con estilo y consiguiendo un efecto más positivo que, incluso, diciendo una mentira piadosa. Decir que se tendrán que subir los impuestos, aunque sea malo, si  se hace con un buen despliegue orador causará un impacto más positivo que el típico politicucho de tres al cuarto que solo dice cosas sensacionalistas para ganar votos.
La política raramente ha sido un medio para ganar a las masas y hacer el bien, la política siempre ha sido un nido de corruptos y de personas atraídas por los privilegios que la política acarrea, pegándose con celo al puesto y permaneciendo inmunes a sus actos crueles hacia la humanidad.
Actualmente están habiendo muchas protestas en el mundo árabe contra sus líderes políticos impuestos, ¿Y sabes que hacen sus líderes? No se marchan, aniquilan, bombardean y harían estallar por los aires su país antes que irse. Así es exactamente la política en todos los lados. Da igual lo que haga un líder político, no se irá, esté en democracia o dictadura. Solo un buen líder político despertará la admiración con su buen comportamiento, praxis y forma de tratar a los demás. Un buen líder político dimite si es necesario y hay que dimitir. Un mal líder político escurre el bulto e intenta alargar su muerte política hasta el final, reviente quien reviente.

Como vemos, en este corto resumen hay para todos los gustos y entender que el concepto de Político va a ser usado y utilizado según las valores y principios de quién se diga político o se crea político, pero estoy seguro que se debe establecer una diferencia bien clara entre quién se autodenomine como un ser político y aquellos que aspiren ser nuestros líderes políticos.