Debidos a los cambios acaecidos en los últimos 25 a
30 años, ha habido necesidad de cambiar enfoques para la realidad que nos
circunda, sobre todo, por la diversidad de enfoques y posturas de los distintos
actores sociales para todas las áreas del saber. Ahora bien, esta diversidad,
la cual aplaudimos, también trae contradicciones, ya que debe enfrentarse a los
mecanismos reguladores y sus paradojas contraproducentes.
El surgimiento de nuevos actores en el mundo
político mundial ha acarreado nuevas visiones y con ellas, nuevas concepciones
para el enfoque investigativo y las consecuencias que de ello se derivan, con una
gran diversidad de métodos, estrategias, procedimientos, técnicas e
instrumentos, para abordar y enfrentar esta compleja realidad. Para muchos,
esta diversidad se corresponde con la metodología cualitativa ya que busca
sensibilizarse e identificarse con la complejidad de la realidad pero manteniendo
procedimientos rigurosos, sistemáticos y críticos, que le permitan
poseer credibilidad científica.
Según Miguel Martínez Miguelez, el modelo de ciencia
que se originó después del Renacimiento sirvió de base para el avance
científico y tecnológico de los siglos posteriores. Sin embargo, la explosión
de los conocimientos, de las disciplinas, de las especialidades y de los
enfoques que se han dado en el siglo XX y la reflexión epistemológica
correspondiente, encuentran ese modelo tradicional de ciencia no sólo
insuficiente, sino, sobre todo, inhibidor de lo que podría ser un verdadero
progreso, tanto particular como integrado, de las diferentes áreas del saber.
El problema principal que enfrenta actualmente la
investigación en las ciencias sociales, y en general las ciencias humanas y su
metodología, tiene un fondo esencialmente epistemológico, pues gira en torno al concepto de “conocimiento”
y de “ciencia” y la respetabilidad científica de sus productos: el conocimiento
de la verdad y de las leyes de la naturaleza. De aquí, la aparición, sobre todo
en la segunda parte del siglo XX, de las corrientes postmodernistas, las postestructuralistas, el construccionismo, el deconstruccionismo, la teoría crítica, el análisis del discurso, la desmetaforización del discurso y
en general, los planteamientos que formula la teoría del conocimiento.
Esa teoría del conocimiento, nos enseñó a conocer y
a buscar la diversidad, utilizando métodos rígidos, en ocasiones, excesivamente
rígidos, tanto, que mutilaban la legitimidad de la gran riqueza humana y el
poder de la mente para ver las cosas desde otros ángulos y perspectivas
producto de la libertad de pensamiento y la creatividad.
A partir del último cuarto del siglo XX, la
metodología de la investigación cualitativa ha tratado de llenar esos espacios mutilados
por la vieja visión metodológica, dogmática y cerrada, pero para lograrlo, la
nueva visión, debe estar investida de un gran rigor, sistematicidad y criticidad, como criterios básicos
de la cientificidad requerida por los niveles académicos a objeto de
evitar el libertinaje investigativo disfrazado de libertad metodológica.
Hoy, encontramos gran cantidad de intentos de
investigación cualitativa, pero que no resisten el menor análisis y evaluación
metodológica para verificar que el cuantitivismo persiste enquistado en la
mente de los noveles investigadores y sus esfuerzos por dar respuesta desde
distintas ópticas y perspectivas a la problemática socio humana y educativa.
Hay mucha confusión y contradicciones evidentes en
cuanto al abordaje paradigmático y las posturas de los investigadores en estas
investigaciones. Hay desconocimiento de las bases filosóficas y epistemológicas
que deben proveerle al investigador un piso firme para abordad su investigación
de manera segura y pertinente.
La fundamentación y posible salida exitosa
de este problema nos la señala el mismo Aristóteles en su obra máxima, la Metafísica, donde nos advierte que “el ser no se da nunca a nadie en su
totalidad, sino sólo según ciertos aspectos y categorías” (Metaf., libro iv). En
efecto, toda realidad, y más las realidades humanas, son poliédricas (tienen
muchas caras) y sólo captamos, en un momento dado, algunas de ellas. El inculto
tiene una captación muy pobre; la persona culta una mucho más diversificada.
(Martínez 2006)
La nueva realidad se desenvuelve alrededor de
diferentes orientaciones del pensamiento como lo son: la teoría crítica, la
post, postmodernidad, el postestructuralismo y la deconstrucción del
pensamiento, en conjunto con la hermenéutica y la dialéctica, entre otras, que
permiten mostrar las transformaciones que han afectado las reglas del juego de
la ciencia y que habían imperado por siglos.
Los autores considerados como cualititivistas,
difieren en muchos aspectos, pero tienen muchas cosas en común, como el énfasis
en la subjetividad y en la experiencia estética, la ruptura con la jerarquía
de los conocimientos y de los valores tradicionales, el cambio de valoración de
lo que constituyen los modelos, y su alta valoración por el racionalismo
crítico de las diferentes lógicas, de la “verdad local” y de lo fragmentario.
El Diccionario
de la Real Academia define la cualidad como la “manera de ser de una persona o
cosa” y el Diccionario que acompaña a la Enciclopedia Británica
dice que la cualidad “es aquello que hace a un ser o cosa tal cual es”.
Parafraseando a Martínez, puede decirse que esta
acepción, es la que se usa en el concepto de “metodología cualitativa”. No se trata, por
consiguiente, del estudio de cualidades separadas o separables, sino del
estudio de un todo integrado que
constituye una unidad de análisis y
que hace que sea lo que es:
una persona, una entidad étnica, social o empresarial. De esta manera, la
investigación cualitativa trata de identificar la naturaleza profunda de las
realidades y su estructura dinámica, es decir, aquella que da razón plena de su
comportamiento y manifestaciones. De aquí, que lo cualitativo, que es el todo integrado, no se opone a lo cuantitativo, que es sólo un aspecto,
sino que lo implica e integra, especialmente donde sea importante.
Partiendo de la idea original de Martínez Miguelez,
podemos decir de manera sucinta que toda investigación cualitativa debe
contener los siguientes aspectos mínimos:
1.
Un
resumen inicial del proyecto. Este es importante y debe dar al lector-evaluador
una idea general del fenómeno que se va a estudiar, señalando su problemática,
la urgencia y relevancia para una determinada comunidad (nacional, regional,
institucional, etc.), los objetivos que se espera alcanzar, el enfoque y la
metodología que se van a emplear y otros elementos que se consideren
importantes. Este resumen no debiera exceder de una página, ya que es
suficiente para cumplir su misión.
2.
El
fin principal de la introducción es "introducir" al lector-evaluador
en la problemática que se desea investigar. Para ello, es necesario hacer una descripción
de los rasgos fundamentales que configuran dicha realidad (el fenómeno en su
contexto) y la necesidad de estudiar un sector descuidado o no atendido
suficientemente hasta el momento o, también, un tema ya estudiado pero no en
nuestro medio o con enfoque o metodología diferentes. La calidad de esta
descripción es muy importante, ya que determinará el enfoque epistemológico y
metodológico que se empleará para abordarla, los objetivos a lograr, la
relevancia de la investigación y su posible originalidad. Su amplitud podría
ser de 2 ó 3 páginas.
3. Un marco epistemológico. El enfoque cualitativo de investigación es, por su propia naturaleza, dialéctico y sistémico. Los
presupuestos epistemológico y ontológico, deben ser explícitos en
toda investigación, un breve “marco
epistemológico”, permite evitar los frecuentes malentendidos en los
evaluadores de los mismos. Una epistemología de fondo es absolutamente
necesaria, ya que es la que le da sentido a
la metodología y a las técnicas que se utilicen, como, igualmente, a las reglas
de interpretación que se usen.
4. Los propósitos
investigativos. En las investigaciones cualitativas se fijan unos propósitos a
lograr: algunos son generales y otros específicos, pero todos deben ser relevantes para
las personas interesadas en la investigación. A veces, es preferible fijar sólo propósitos
generales, y determinar los específicos durante el desarrollo del proceso, para
no buscar metas que quizá resulten triviales o imposibles. El propósito
investigativo puede ser muy preciso, como, por ejemplo, clarificar tal
o cual fenómeno o área problemática, aun cuando sus problemas específicos o
dificultades propias estén todavía muy enredados y sólo se puedan plantear o
formular expresamente cuando la investigación esté más adelantada.
5. El Marco
Teórico-Referencial . En una investigación cualitativa este “marco”
no debe delimitar la búsqueda del investigador, pues sólo es “referencial”, es
decir, sólo tiene por finalidad exponer lo que se ha hecho hasta el momento
para esclarecer el fenómeno objeto de la investigación. Debe referir las
principales investigaciones sobre el área o áreas cercanas: autores, enfoques y
métodos empleados, conclusiones e interpretaciones teóricas a que llegaron y
otros elementos de importancia. Es sólo “teórico-referencial”, es decir, fuente
de información y nunca modelo teórico en el cual ubicar nuestra
investigación. Servirá para contrastar, después (en la etapa decontrastación),
nuestras conclusiones con las de esos autores y, así, entenderlas mejor, pero nunca
para forzar e imponer una interpretación. Lamentablemente, todo esto es
poco o mal entendido en muchos medios académicos, incluso por algunos “metodólogos”
y se llega a confundir el marco teórico con los hallazgos de la investigación,
desvirtuando así la investigación y con ella todo el esfuerzo del investigador.
Esta parte pudiera extenderse por espacio de 5 ó 6 páginas.
6. Metodología Como
la metodología es, por definición, el camino a seguir para alcanzar
conocimientos seguros y confiables y, en el caso que éstos sean demostrables,
también ciencia, la elección de una determinada metodología implica la
aceptación de un concepto de "conocimiento" y de "ciencia",
es decir, una opción epistemológica (teoría del conocimiento) previa; pero esta
opción va acompañada, a su vez, por otra opción, la opción ontológica (teoría
sobre la naturaleza de la realidad). Lamentablemente, muchos académicos no toman
suficiente conciencia de esto y ello conlleva una serie de consecuencias
desorientadoras. La metodología cualitativa está muy consciente de estas dos
opciones. Por ello, no debiera omitirse una breve referencia a las mismas
exponiendo la idea central de cada una.
7. El método
cualitativo específico que se vaya a emplear depende de la naturaleza de la estructura
a estudiar. La metodología cualitativo-sistémica dispone de una serie de
métodos, cada uno de los cuales es más sensible y adecuado que otro para la
investigación de una determinada realidad:
a.
El Método Hermenéutico-Dialéctico.
b.
El Método Fenomenológico.
c.
El Método Etnográfico.
d.
El Método de Investigación-Acción.
e.
El Método de Historias de Vida.
8. Recolección
de la información: Los instrumentos, al igual que los procedimientos y
estrategias a utilizar, los dicta el método escogido, aunque, básicamente, se
centran alrededor de la entrevista semiestructurada y la observación directa.
Hay que describir los que se vayan a utilizar y justificarlos. Sin embargo, la
metodología cualitativa entiende el método y todo el arsenal de medios
instrumentales como algo flexible, que se utiliza mientras resulta efectivo,
pero que se cambia de acuerdo al dictamen, imprevisto, de la marcha de la
investigación y de las circunstancias.
9. Las
Categorías. No hay categorías preconcebidas, previas a la investigación. Si el
investigador las tiene en su mente, es porque las ha tomado de otras
investigaciones, de otras muestras, realizadas por otros investigadores en otros
lugares. Las verdaderas categorías que conceptualizarán nuestra realidad deben
emerger del estudio de la información que se recoja, al hacer el proceso de
"categorización". No obstante, se podría partir de un grupo de categorías
preestablecidas, con tal de que se utilicen con mucha cautela y como algo
provisional hasta que no se confirmen, y no se deje uno llevar por la tendencia
(cosa muy fácil y natural) de rotular la nueva realidad con viejos nombres.
10. La
Categorización y la Teorización. Estos dos procesos constituyen la esencia de
la labor investigativa. Una buena investigación no puede quedar al nivel
empírico, pues no sería investigación propiamente dicha; "la ciencia
consiste en crear teorías", solía decir Einstein. El fin de la teorización
(y de la categorización que le precede) es lograr estructurar una imagen
representativa, un patrón coherente y lógico, un modelo teórico o una auténtica
teoría o configuración del fenómeno estudiado, que le dé sentido a todas sus
partes y componentes. Hoy día, están disponibles más de una docena de programas
de computación que facilitan la parte técnica de ambos procesos: programas que
manipulan, ordenan, organizan y hasta tratan de interpretar y teorizar con los
datos cualitativos.
11. Los
Resultados (Informe Final). Los resultados de una investigación cualitativa se
exponen en lo que se llama el "Informe Final". Este informe no se
limita a exponer unos resultados aislados de la investigación como tal, sino
que también ilustra el proceso por medio del cual se llegó a las estructuras
particulares de los casos estudiados y a la estructura general, o estructuras
generales, que los integran.
12. La
bibliografía. Esta debe ser suficiente y actualizada para demostrar que se
exploró el área respectiva en forma adecuada. En el estudio de las realidades
humanas, deben figurar, sobre todo, los autores que han estudiado nuestra
realidad, aunque no tengan la autoridad o renombre de los extranjeros que
estudiaron su realidad. Esto es debido al hecho, ya señalado, que las
realidades humanas están constituidas por un entramado tan complejo de
relaciones y variables, que configuran entidades singulares y únicas y por lo
tanto, las conclusiones de otras investigaciones lejanas no son extrapolables a
nuestro medio.
Concuerdo en su totalidad con la conclusión de Martínez
Miguelez: Hay muchas formas de hacer las cosas bien. Para lograr una de ellas,
es necesario que el investigador, especialmente si es muy joven, no se sienta
presionado en una determinada dirección que le impida usar su mejor dotación y
la riqueza que lleva dentro de sí. El rasgo distintivo más fértil de proceder
del científico ha sido el utilizar su mente de la mejor forma posible y sin
freno alguno".