Para Wikipedia, una idea (del griego ἰδέα 'aspecto, apariencia,
forma',
relacionado con εῖδος eîdos, ‘vista, visión, aspecto’) es una representación
mental que surge a partir del razonamiento o de la imaginación de una persona.
Está considerada como el acto más básico del entendimiento, al contemplar la
mera acción de conocer algo.
La capacidad humana de contemplar ideas está asociada a la capacidad de razonamiento,
autorreflexión, la creatividad y la habilidad de adquirir y aplicar el intelecto.
Las ideas dan lugar a los conceptos, los cuales son la base de cualquier tipo
de conocimiento científico o filosófico. Sin embargo, en un sentido popular,
una idea puede suscitarse incluso en ausencia de reflexión, por ejemplo, al
hablar de la idea de una persona o de un lugar.
Platón distingue dos modos de realidad, la primera, a la que llama
inteligible y la segunda, a la que llama sensible. La realidad inteligible, a
la que denomina "Idea", tiene las características de ser inmaterial,
eterna, siendo, por lo tanto, ajena al cambio y constituye el modelo o
arquetipo de la otra realidad, la sensible, constituida por lo que ordinariamente
llamamos "cosas" y que tiene las características de ser material,
corruptible, (sometida al cambio, esto es, a la generación y a la destrucción)
y que resulta ser, no más que una copia de la realidad inteligible.
Las ideas, las creencias pueden alojarse en el consciente o el
inconsciente. Pueden situarse también entre ambas instancias. En cualquier
caso, cumplen una función positiva, aunque no lo sepamos apreciar a primera
vista. Obtenemos de ellas un beneficio secundario y pueden acabar generando
hábitos.
Según Gustavo Martin, si bien las ideas pueden manifestarse en cualquier
momento, más y mejores resultados se presentarán cuando más relajados estemos y
más propicio sea el escenario. Las ideas laten en todo proceso creativo, sin
embargo, pocas gozan de su origen en un momento de inspiración. Acaso la idea
se incube en un instante de Eureka, pero para que marche, la idea debe
curtirse. Como ocurre con un buen vino, a las ideas hay que dejarlas madurar.
Hay que trabajarlas. Necesitan ser trabajadas.
Las ideas como carácter principal pueden surgir en cualquier momento e
incluso influye nuestra situación para establecer como aparecen, si estamos en
una situación acelerada o con prisas aparecen ideas más rápidas, más mezcladas,
pero si nos encontramos en una situación más relajada nos aparecen ideas más
concretas, lentas.
¿Pero cómo surgen realmente estas ideas?
Influye mucho nuestro entorno, cuanto mejor sea el estado de ánimo en el
cual nos encontremos o en una situación más óptima, favorecerá la aparición de
ideas, es decir, las ideas se pueden fomentar con creatividad y con buen
entorno y desarrollo.
Las neuronas son las que se encargan de estimular el cerebro poniendo en
marcha los puntos del cerebro para estimular la creatividad, la imaginación. Esta
estimulación se crea a través de una serie de piezas o pequeños fragmentos que
se unen formando esa “idea” como si se tratara de un rompecabezas. El carácter
que le damos de ”repentina” es porque todo esto aunque parezca un proceso muy
complejo se produce en segundos y es el propio cerebro el que antes de
mandarnos el mensaje se percata de la presencia de la nueva idea. (Tomado de: www.misclasesencasa.com)
Encontrar una buena idea o simplemente una idea, que sea una verdadera oportunidad
en nuestra vida personal o de negocios, no es fácil. Se requiere una visión
especial del entorno que nos afecta para ser capaz de identificar las
necesidades que tengamos en ese problema específico. Aunque a veces estas
surgen espontáneamente, solo en contadísimas ocasiones es así. La mayoría de
las veces el detectar una oportunidad, el tener esa idea genial y oportuna en
el momento específico, es producto de tres condiciones que tenemos que tener en
cuenta: La experiencia, la observación y el conocimiento.
Por otra parte hay que tener una distinción entre la idea y la oportunidad,
en ciertas ocasiones en nuestra vida, nos vienen oportunidades que no son
producto de nuestras ideas, sino de situaciones de la vida que nos pautan
caminos arbitrarios que debemos seguir, independientemente de nuestra manera de
pensar. La idea viene de nuestra mente, las oportunidades vienen de
acontecimientos externos, aunque una buena idea puede crear una oportunidad.
Vistos los criterios anteriores, estamos claros que las ideas provienen de
la actividad cerebral en conjunto con el ejercicio activo de nuestra creatividad
y personalidad, lo cual hace indispensable mantener nuestra mente activa y
abierta a opiniones distintas. Para poder pensar, opinar, escribir o criticar,
debemos generar ideas en concordancia con los temas tratados.
Para nuestros estudiantes, la generación de las ideas pasa a ser algo
indispensable, sobre todo a la luz de los cambios acelerados que sufrimos en la
sociedad actual. Las ideas son indispensables para poder manejarnos
exitosamente ante tanta competencia y definitivamente es lo que nos hace seres
racionales, sin embargo vemos con preocupación que en los últimos tiempos
parece imponerse la reactividad al razonamiento y priva la violencia sobre la
razón.
Esto nos lleva a preguntarnos ¿será que estamos en presencia de la muerte
de las ideas? Esta preocupación surge al ver el comportamiento socio político
de los protagonistas o líderes en distintos países, pero también cuando se
analiza el comportamiento de los ciudadanos sometidos a los avatares de la vida
post, post moderna. La violencia, los asesinatos indiscriminados, las guerras
por imposiciones ideológicas o teológicas, la segregación por ideas políticas,
el racismo y sexismo que comienzan a repuntar en todos los continentes.
Pero también debemos analizar la influencia del hiper desarrollo
tecnológico que vemos en la actualidad y que bien es cierto ha permitido
grandes inventos para el bienestar de la población en materia médica o de salud,
tecnológica o industrial, de gobierno y en educación, no quedándose fuera de
este ámbito de influencia ninguna área del saber.
Sin embargo, ¿Cuándo esta tecnología produce tantas facilidades en nuestra
vida diaria o cotidiana, no conlleva también a quitarnos la creatividad y la
generación de ideas, convirtiéndonos casi en seres autómatas o poco pensantes?
Nuestros estudiantes, como consecuencia del desarrollo tecnológico en
materia información y comunicación, ¿se han convertido en adictos y esclavos
del copy and paste o copiar y pegar, evitando así el desarrollo de ideas
propias, de su libre personalidad y el fortalecimiento de su sistema pensante?
Cualquiera podrá decir que esta pregunta no es más que una locura, pero quienes
ejercemos docencia y cotejamos ensayos, trabajos o respuestas dadas por
nuestros alumnos, con los contenidos que se encuentran en la red, vemos con preocupación
que hacernos esta pregunta, no es tal locura.
De hecho, este artículo y la mayoría de mis escritos, comienzan con una
búsqueda en la red y la publicación de las opiniones de terceras personas, esto
lo realizo para luego dar inicio a la triangulación de las ideas y el análisis
posterior para la generación de nuevas ideas o posturas. ¿Pero todos los que
copian y pegan, triangulan y analiza?
La experiencia nos dice que no y de allí surge el temor que nos encontremos
en el período de la muerte de las ideas, lo que en este momento no puede ser
analizado ni catalogado como bueno ni como malo. Solo el decantar del tiempo y
la historia por venir nos dirá si estuvimos errados o no y permitirá el
análisis profundo del tema y sus derivaciones.
Pero lo que si es cierto, es que cuando vemos la dificultad de nuestros
estudiantes para articular una idea, realizar un ensayo o un trabajo inédito,
desarrollar una ponencia, o cuando vemos a muchos profesionales titubear ante
una pregunta o sentirse en minusvalía y con temor cuando deben asistir a
eventos, entrevistas o reuniones, surge la preocupación por la muerte de las
ideas, lo cual podría ser catalogado como un indicio de falla y por ende la
necesidad de revisión de nuestro sistema y modelo educativo a objeto de evitar
el fracaso en la formación de ciudadanos útiles y profesionales exitosos.
La tecnología debe ser nuestra gran aliada y el sinónimo de nuestro
desarrollo integral, pero si dejamos que sustituya nuestras funciones básicas y
nos desplace en el criterio humano anulando nuestra capacidad de idear, entonces,
definitivamente estaremos en presencia de la muerte de las ideas y como
consecuencia de ello, asistiremos a la desaparición del pensamiento con las
secuelas que de ello se deriven.
Aún estamos a tiempo de entender que la tecnología es una herramienta
indispensable en nuestro día a día y que podemos hacer de ella nuestro
principal aliado, pero para lograrlo debemos reimpulsar en todo el sistema
educativo y en todas sus modalidades el desarrollo del pensamiento y la
valoración de las ideas, aplicar la gamificación como estrategia indispensable
y apoyar a nuestros docentes para su actualización permanente así como dotar a
las instituciones educativas para alcanzar la calidad esperada y poder entonces
contribuir todos al desarrollo del país.
Para finalizar,
debo dejar claro que el hiper desarrollo tecnológico no es el único factor que
interviene en la muerte de las ideas, pero es el que he seleccionado para ser
desarrollado en este artículo. El tema da para realizar estudios profundos y
análisis más específicos pero es sumamente extenso y por ello solo me he
referido por ahora, a esta única variable interviniente.