Llegó por fin el tan ansiado 8 O y nos encuentra con la alegria para la mayoría de votantes y en este momento representantes del pueblo venezolano que sufragaron por la continuidad del proyecto socialista, pero esta realidad incluye al 45% aproximadamente de la población de votantes que intentaron cambiar a otro modelo y que hoy lloran su frustración ante el escenario que les depara esta realidad y el largo transitar en la espera de la próxima oportunidad dentro de 6 lejanos años.
A esta hora la mayoría duerme pero al despertar habrá que darle respuesta a las tan evadidas preguntas: ¿ahora, que hacemos?, ¿será realmente el fin del sueño?, ¿la continuidad del sueño socialista será buena para la patria?
Somos muchos y deberiamos poder compartir espacios, pero hay compatriotas que aun juegan a la exclusión, al revanchismo y a la odiosa lucha de clases, cuando la gran mayoría solo conoce y pertenece a la única clase existente, la clase trabajadora.
No se puede ser mezquino ante el holgado triunfo, no faltarán las excusas y las acusaciones pero esta es la realidad que hoy encontramos, felicitaciones y el reconocimiento a los vencedores, esperamos que ahora si se ataquen los problemas y males endémicos que aquejan al país y atacan a la sociedad. El honor a los vencidos, por su pundonor, tenacidad y honradez para con sus ideales y con el país, ahora hay que saber demandar las promesas incumplidas.
Quizás muchos se desilusionaran y se deprimiran ante los resultados obtenidos, otros no saldrán de su asombro, pero este no es momento para el derrotismo ni la autocompasión, por el contrario, ¿hay que llorar la derrota?, si, pero hay que levantarse pronto, el duelo debe ser corto, propio de las nuevas realidades sociales, es el momento para nuevas ilusiones, sin dar lástima hay entender que comienza un nuevo reto que debe ir de la mano de mayor y mejor educación y hay que estar allí para no quedar fuera.
Reflexionando en la larga cola para ejercer el derecho al sufragio y viendo el accionar de algunos funcionarios militares adscritos al plan república y de algunos conciudadanos, concluyo que nos falta mucho para alcanzar la madurez plena en materia política y que deberán pasar muchos años y eventos para que las nuevas generaciones reciban el tan soñado país.
El más grande de los eventos que como ciudadanos debemos vivir y que debe representar el triunfo de la civilización sobre la barbarie, del civilismo sobre el militarismo y debe ser expresión de ciudadanía como hecho civil, es amenazado, conducido y controlado por las fuerzas militares del país, !!!que gran contradicción!!!
No se trata de poner en duda la capacidad del estamento militar, la duda es sobre la capacidad de los civiles para conducir y controlar un hecho civil sin miedos ni temores y sin la necesidad del tutelaje de las fuerzas militares. Esa es todavía la herencia de la vieja clase política aun enquistada en posiciones de poder y esto evidencia la necesidad del relevo institucional. Necesitamos gerenciar estes país y no conducirlo, por tanto necesitamos con urgencia gerentes públicos que se transformen y asuman el liderazgo para los nuevos tiempos, la vieja clase dirigencial debe decir adios y retirarse a escribir sus memorias y la historia fabulada, la cual estoy seguro será de obligatoria lectura para las nuevas generaciones.
La mayoría de la población actuó con respeto, pero algunos desplantes y respuestas de los funcionarios militares no estuvieron acorde a la ocasión. Ayer fue la ocasión propicia para que algunas personas pusieran en juego lo mejor de sí. Muchos, la cuota de poder que les correspondió según al papel que tuviesen que desempeñar, otros el papel actoral que la mayoría llevamos con nosotros, recurriendo a ya gastados trucos para no hacer su cola, desde la cultura del chapeo hasta la busqueda de argumento para pasar primero que los demás.
Aquí el protagonismo estuvo con la tercera edad. Personas que antes había visto ufanadose de ser jovenes sanos y fuertes, ayer pasaron a ser ancianos enclenques y aquejados por multiplicidad de dolencias que les sirvieron para lograr su cometido y luego, exponer sus lindas sonrisas al salir del centro de votación. Por supuesto, no me refiero a toda la tercera edad, solo a excepciones dadas con la permisividad de la gente de uniformes verdes.
En fin, como dije en escrito anterior, hay que curarse pronto, sopa de pollo para el alma, se acerca la navidad y pronto tendremos otro evento electoral y a este respecto sería bueno ver si las autoridades competentes en la materia estudiarán en hastío y cansancio que se traducirán en abstención para los próximos comicios y en tergiversación de la realidad que vive la mayoría de los venezolanos.
Los nuevos proyectos educativos deben ser bienvenidos para dotar al país del talento humano requerido para afrontar la realidad que desde hoy se nos dibuja y presenta en nuestro devenir, el viejo modelo ya muestra su incapacidad para ello y quienes están al frente deben ser creativos e ingeniosos para vencer los obstáculos que burocracia representativa del pasado siempre interpondrá como mecanismo de defensa.
Para todos los venezolanos, cabemos todos en este país y la disidencia, además de un hecho humano y biologicista, es un derecho constitucional. Por el hecho de pensar distinto no se es delincuente. La división, el oprobio, la exlusión, las listas (delitos de lesa humanidad), las ofensas, humillaciones, epitetos, etiquetas, la segregación y otros hechos descalificativos, no son buenos indicatvos ni augurios para la construcción de la patria soñada por nuestros libertadores.
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