domingo, 17 de agosto de 2014

ELEMENTOS CLAVES PARA EL LIDERAZGO. CARISMA, CREATIVIDAD Y OPTIMISMO

Para Joan Cornet Consejero de Política Social de la Comisión Europea, los seres humanos tenemos una característica compleja: la de ser capaces de organizarnos. Los animales también lo hacen. En su caso es el propio instinto, en el nuestro es fruto de un largo proceso de hominización y a pesar que no siempre podemos estar orgullosos de la forma en que nos organizamos, no podemos negar que nuestra sociedad ha evolucionado extraordinariamente, en especial en los últimos siglos.
En nuestra sociedad actual, donde prima una cierta distancia respecto a lo público, mejor dicho respecto a lo que es común, y donde el lema es "cada uno a lo suyo", nos vemos arrojados a una cierta mediocridad que no tardará en impactar en el progreso de esta sociedad. Vamos hacia una sociedad sin proyecto, en la que nos estamos convirtiendo en espectadores pasivos, hábiles críticos pero temerosos de tomar riesgos. La seguridad es la meta. Lo dramático es que en toda la historia de la humanidad nunca ha habido seguridad al cien por cien. Hagamos lo que hagamos, tengamos lo que tengamos, nuestro destino es desaparecer.
En nuestra sociedad, quizás más que nunca se hace necesario el liderazgo de personas que asuman responsabilidades, que hagan lo que piensan y que provoquen que las cosas se hagan. Desde una asociación de vecinos, la asociación de padres de la escuela, la Junta del equipo de fútbol local hasta la dirección de equipos de trabajo o la organización de actividades. Prácticamente no podemos encontrar actividades que no requieran el trato entre personas, y finalmente el éxito o el fracaso de estas actividades depende en gran medida de las personas y de la forma en que se organizan. Líder es aquella persona que tiene en cuenta su entorno y lo sabe animar y dinamizar.
El liderazgo es la forma en que alguien dirige, anima y apoya a un equipo de personas. El mero hecho de ser jefe no significa ser líder. El hecho de ocupar un puesto de responsabilidad no produce automáticamente liderazgo. Se puede quedar en lo estructural, es decir, en ejercicio de poder. Y aunque el poder es una parte del liderazgo, no es suficiente para llegar a ser líder. 
La historia nos ha mostrado excesiva cantidad de líderes y vamos a encontrar para todos los gustos y con multiplicidad de estilos. Valga decir, proactivos y reactivos, positivos y negativos, democráticos y autocráticos, en fin, a lo largo de la historia vamos a encontrar los que construyeron y los que destruyeron, los que queremos seguir y a los que vamos a rechazar.
Por tanto la polémica y la discusión nunca estarán ausentes cuando abordamos este tema. Incluso tenemos que analizar nuestro propio estilo de liderazgo, que al final, todos somos líderes y buscamos trascender y para ello, haremos lo que tengamos que hacer según sea nuestra necesidad.
Para ayudar un poco en esta discusión, vamos a ver tres elementos fundamentales en el liderazgo como lo son: el carisma, la creatividad y el optimismo. Investigaciones recientes arrojan como resultado que las personas que utilizan eficazmente estos tres factores se convierten en lideres más eficaces y por ello, dado el complejo número de factores que intervienen en el liderazgo y que haces de su estudio un tema de nunca acabar, es que considero fundamental contribuir a la discusión, abordando estos 3 factores anteriormente enunciados.
Carisma: para wikipedia: (del griego χάρισμα [járisma], y este de χαρίζεσθαι [jarídsesthai], ‘agradar’, ‘hacer favores’) es la capacidad de ciertas personas de motivar y suscitar la admiración de sus seguidores gracias a una supuesta cualidad de “magnetismo personal”.
Max Weber definió el carisma como una cierta cualidad de una personalidad individual, que en virtud de la cual "es considerada aparte" de las personas ordinarias y tratada como dotado con poderes o cualidades sobrenaturales, sobrehumanas o al menos excepcionales para sus seguidores. Estas no son accesibles a las personas ordinarias, y pueden verse como de origen divino o al menos ejemplares, y sobre la base de ellas el individuo en cuestión es tratado como un caudillo por sus adeptos. Y a la autoridad carismática como una de las tres formas de autoridad, las otras dos eran la autoridad tradicional (consuetudinaria) y la legal o autoridad racional.
Para Vladimir Gessen, carisma "es la especial capacidad de algunas personas para atraer o fascinar" a otras. Desde un punto de vista religioso es un don gratuito que Dios concedería a determinadas personas para que ayuden a los demás de acuerdo a algunos cultos. El vocablo carisma proviene del griego y traduce "regalo de Dios"  o "presente". En psicología, reconocemos a una persona carismática cuando tiene la habilidad de motivar o de entusiasmar a quienes les rodean con el objeto de alcanzar objetivos. Son personas admiradas y queridas por sus seguidores o por el contrario, odiadas por sus adversarios.
Una persona carismática puede caerle bien a la gente que confían en ella y aceptan y defienden sus propuestas radicalmente. No obstante, poseer carisma no significa por ello ser "buena persona", ya que muchos dictadores y déspotas crueles y sanguinarios a través de la historia han sido carismáticos.
Cuando se le pregunta a la gente qué es ser carismático desde un punto de vista político, habitualmente se entiende como líder, "tener personalidad" o "magnetismo".
Las personas carismáticas se encuentran en las actividades públicas o de relaciones humanas. Son dirigentes políticos, sociales, militares y empresariales, vendedores, artistas, estrellas del espectáculo, periodistas, entre otros. Sin embargo, es bueno destacar que no todos los líderes son carismáticos ni toda persona carismática es un líder.
Muchos autores plantean que se nace con carisma. Otros tantos, defienden la tesis de que el carisma se aprende como toda habilidad. Nosotros pensamos que el ser humano como ente bio-psico-social requiere de un componente genético, de la predisposición mental y psicológica y de un aprendizaje social para desarrollar la condición carismática así como el liderazgo.
Para John Maxwell (EXPERTO LIDERAZGO), el liderazgo carismático desarrolla siete cualidades a saber:
Partiendo del hecho que carisma es “la habilidad para inspirar entusiasmo, interés o afecto en los demás a través del encanto personal o la influencia”. Los líderes que tienen esta habilidad comparten siete características entre ellos.
1-. Sienten amor por la vida
Aquellos líderes que generan seguidores son apasionados respecto de la vida. Son personas a quienes les gusta celebrar, no quejarse. Destacan por su alegría y empatía. Son energéticos y lo irradian de una forma contagiosa. No hay que mirar mucho más allá de la sonrisa para darnos cuenta del poder de su carisma. Cuando las personas reciben una sonrisa responden con lo mismo. Si eres escéptico, inténtalo. Sonríe a las cajeras, a los camareros, a los compañeros de trabajo, etcétera. Verás cómo tu sonrisa recibe, de forma recíproca, otras sonrisas. Los líderes con carisma transmiten energía positiva. Como decía Henry Van Dyke, “no hay mayor encanto personal que el de aquellos que tienen un temperamento alegre”.
2-. Valoran el potencial de las personas
Para convertirte en un líder atractivo, has de esperar lo mejor de tu equipo. Los líderes ven a las personas no como son, sino como pueden llegar a ser. Desde su altura ayudan a los demás a construir puentes que les faciliten el paso desde el presente al futuro que desearían. Benjamin Disraeli comprendió esta realidad, llegando a ser un experto en aplicarla. Dijo una vez: “El mejor favor que puedes hacer a otra persona no es compartir con ella tus riquezas, sino ayudarla para que las suyas se revelen”. Cuando se invierte en las personas ayudándolas a crecer en relación a su potencial, se crean vínculos potentes y positivos.
3-. Dan esperanza
Todos deseamos mejorar nuestras fortunas y futuro. Los líderes carismáticos llegan a enganchar con las personas a través de pintar un mañana mejor que el presente. Para ellos, el futuro está lleno de maravillosas oportunidades y sueños por realizar. Napoleón Bonaparte dijo una vez que “los líderes son negociadores de esperanza”. Aportan optimismo a la cultura empresarial al tiempo que mejoran la moral general. Aunque siempre están atentos a la realidad inmediata, no se resignan a gestionar exclusivamente las circunstancias del presente.
4-. Comparten con los demás
Los líderes carismáticos añaden valor a las personas al compartir su sabiduría, recursos y tiempo. Consideran que el poder de la inclusión es esencial y por ello invitan a otros a unirse a él en el proceso de compartir y aprender de las experiencias, realizar tormentas de ideas o, sencillamente, para tomar una taza de café. Los líderes carismáticos abrazan el espíritu del trabajo en equipo y valoran la compañía de una forma positiva. Por ello, los líderes carismáticos no están solos en la cúspide. “El carisma es una chispa que ciertas personas tienen y que no se puede comprar con dinero. Es una energía invisible cuyos efectos son visibles”, nos recuerda Marianne Williamson.
5-. Piensan continuamente en los demás
Para los líderes carismáticos, no existe mayor satisfacción que aquella de servir a los demás. Encuentran gran placer en las celebraciones de los éxitos de sus compañeros y de quienes les siguen. Lo que más les gusta es el triunfo de un equipo. ¿Cómo puedes tener carisma?, pregunta Dan Reiland. Él mismo responde: “Preocúpate más por hacer que los demás se sientan bien consigo mismos que por hacer que los demás se sientan bien contigo”.
6-. Descubren y utilizan su estilo propio, su voz
Uno de los argumentos más utilizados por los comentaristas políticos se refería a “encontrar su propio estilo” (finding their voice). La comentarista política del Time Magazine, Ana Marie Cox, escribía refiriéndose al senador Barack Obama, que encontró su voz en la convención del Partido Demócrata. David Gergen decía, en la cobertura del debate que previamente se había celebrado en la CNN que: “John McCain se había reencontrado con su voz”. Stephen R. Covey nos dice: “Una palabra describe el camino hacia la grandeza: la voz. Aquellos que en su camino encuentren su voz, aquella que les sirva para inspirar a otros a encontrar la suya, habrán encontrado el camino hacia el liderazgo carismático”.
7-. Utilizan su carisma como una forma de incrementar su influencia para hacer el bien
El carisma es una parte esencial de la capacidad de influencia de un líder. Sin él, estos tienen dificultades para inspirar pasión y transmitir energía a sus equipos. Con él, los líderes son capaces de conseguir lo mejor de quienes les siguen, haciendo que estos rindan y se sientan plenos. El carisma no es una energía manipuladora o un regalo mágico dado a ciertas personalidades, sino una atractiva mezcla de cualidades que se puede aprender. 
Creatividad: La creatividad nos impulsa en nuestro actuar y es decisional por naturaleza (se decide ser creativo). El líder es aquel que se atreve a ser creativo e impulsar un cambio en busca nuevos rumbos para transformar y mejorar una situación.
Según el Human Education & Leadership Projects, el líder creativo es “aquella persona capaz de asumir la responsabilidad de dirigir a otros al libre logro de sus fines”. Por tal razón, el líder creativo tiene su visión puesta en el futuro y dirige sus energías hacia un cambio positivo con una actitud proactiva y optimista; es capaz de enfrentar problemas complejos, ante los cuales no se muestra atemorizado, y tiene éxito al enfrentar los diferentes tipos de crisis (familiares, económicas, políticas, espirituales, etc.). Además de esto, es valiente, demuestra integridad y compromiso, busca el bien de todos y no solo el propio, se deja llevar por sus principios y valores, es emprendedor y aprendiz de por vida. Aunque, frecuentemente, ser creativo implica ir en contra del pensamiento convencional, un líder necesita de esta característica, además de inteligencia y sabiduría, para alcanzar el éxito.
Para Comunidad de liderazgo e innovación 2.0. Humannova, La creatividad es buena, y más imprescindible que nunca en los negocios. ¿Por qué entonces las empresas que eran innovadoras caen en la desidia con el paso del tiempo y el pensamiento original se vuelve la excepción? Jennifer Mueller, profesora de Gestión de Wharton y sus colegas de la Universidad de Cornell y de Indian School of Business, han analizado con detenimiento las razones de que esto suceda.
En un trabajo de investigación titulado "El reconocimiento del liderazgo creativo: ¿La expresión de la idea creativa puede influir de forma negativa en la percepción del potencial para el liderazgo?" [Recognizing Creative Leadership: Can Creative Idea Expression Negatively Relate to Perceptions of Leadership Potential], que fue publicado en marzo de 2011 en el Journal of Experimental Social Psychology, Mueller y los demás autores del estudio, Jack A. Goncalo, de Cornell, y Dishan Kamdar, de ISB, analizan en tres estudios de qué manera las personas creativas son percibidas por sus colegas. Lo que descubrieron es preocupante: se consideraba que aquellos que tenían más ideas creativas tenían menos potencial, en lugar de más, para el liderazgo. La excepción, según quedó constatado, ocurría cuando se decía a las personas que se fijaran en los líderes carismáticos. En ese caso, las personas creativas salían mejor paradas. La conclusión, sin embargo, es que en la mayoría de los casos, ser creativo parece ser una desventaja para aquellos que piensan en subir en la escala directiva. "No es fácil escoger líderes creativos", dice Mueller. "Reconocer un líder creativo toma más tiempo y exige más esfuerzo de lo que imaginábamos".
Esa realidad y las conclusiones deberían ser un motivo de preocupación para los consejos de administración de todo el mundo.
En una encuesta reciente entre 1.500 consejeros delegados llevada a cabo por el Institute of Business Value de IBM, la creatividad aparece como la principal cualidad para conseguir el éxito futuro de una empresa. Ese descubrimiento no es ninguna sorpresa para Mueller. "Algunas investigaciones muestran que los mejores líderes son personas de ideas creativas", dice ella. "Son personas que reconocen una idea buena, están abiertas a ella y saben cómo esparcirlas por la empresa. La elección de líderes creativos es el principal desafío de cualquier empresa".
Pero comprender que la creatividad es necesaria dentro de una gran empresa no es lo mismo que cultivarla. En realidad, el trabajo de Mueller muestra que quien razona de forma distinta a los patrones tradicionales puede ser penalizado por eso. En el primer estudio llevado a cabo, Mueller y sus compañeros analizaron esa tendencia en la división de una gran refinería multinacional en la India. Un total de 346 empleados participaron en el estudio: de éstos, 291 fueron evaluados por otros 55 respecto a su potencial para el liderazgo. Se pidió a los evaluadores que rellenaran los cuestionarios de evaluación de esos 291 individuos dándoles notas según el grado de apertura para aceptar ideas nuevas y útiles y en qué medida podrían "convertirse en líderes eficaces" y "alcanzar posiciones de liderazgo".
Al analizar los datos, Mueller y su equipo tomaron en cuenta la posibilidad de que algunos individuos creativos simplemente no tenían interés alguno en escalar en la jerarquía de la empresa.
El grupo identificó una correlación significativa entre ser creativo y ser poco apto para actividades de gerencia. "Por definición, las personas dicen que la creatividad es algo positivo", dice Mueller. "Es prácticamente imposible lograr que alguien admita que está en contra de la creatividad. Sin embargo, cuando alguien presenta una idea creativa, la reacción es casi siempre de rechazo. La creatividad incomoda a las personas".
Optimismo: Para Raúl Morales, un liderazgo optimista mejora la productividad. Varios estudios constatan que este estilo de dirección aumenta el compromiso del trabajador
Pese a que pocas organizaciones han explicado a sus directivos cómo impregnar a sus trabajadores de pensamientos positivos, muchos estudios ya han puesto de manifiesto que el “optimismo en acción” repercute directamente en una mejora de la productividad y el compromiso del trabajador. Este estilo de dirección pone siempre el énfasis en los aspectos positivos y las fortalezas de los trabajadores. Asimismo, los directivos optimistas centran su gestión en crear las circunstancias en las que los empleados puedan prosperar. Una comunicación abierta y relaciones interpersonales fluidas también caracterizan al directivo optimista.
Según una encuesta sobre productividad elaborada por el Institute for Corporate Productivity, el 76% de las empresas afirman que un buen liderazgo hace que la productividad de la compañía suba. Quienes respondieron también constataron que es necesario que los líderes se centren en el compromiso de su mano de obra si se quiere conseguir una productividad óptima. Pero, ¿cómo un directivo puede conseguir ese compromiso y, al mismo tiempo, una buena productividad?
Según Carol Morrison, los directivos pueden echar mano a un modelo al que llama “optimismo en acción”. Los líderes que toman como pauta este optimismo se centran en factores positivos y reconocen el esfuerzo que hacen los trabajadores, animándoles para capitalizar ese esfuerzo. En definitiva, los directivos positivos hacen lo necesario para crear unas circunstancias en las que los trabajadores pueden prosperar. Peter Drucker ya habló de este concepto hace cuarenta años en su famoso libro “El Ejecutivo Efectivo”. 
En este sentido, otro famoso estudio llevado a cabo por Margaret Greenberg y Dana Arawaka examinaba la premisa de que ese compromiso del trabajador se da cuando el directivo aplica técnicas de liderazgo positivo. Estas investigadoras condujeron el estudio entre empleados y directivos en una empresa tecnológica y descubrieron que “el liderazgo positivo está ligado al optimismo, el compromiso y el rendimiento del empleado”. Asimismo, documentan que los equipos de trabajo son más productivos cuando son dirigidos por un jefe optimista, “lo que habla de la importancia del optimismo en el lugar de trabajo”.
El trabajo de estas dos investigadores no es el único que ha constatado este hecho. Otro estudio, de este mismo año, elaborado por el National Research Centre for the Working Environment en Dinamarca, llega a conclusiones parecidas. El informe, titulado “Healthy at Work-Positive Factors Working” muestra los resultados de un extenso repaso de estudios sobre los factores asociados a “mejorar la salud e incrementar la productividad”. La principal conclusión es que el estilo de liderazgo influye de manera determinante en el bienestar y la productividad del trabajador. 
Para Morrison, los programas de desarrollo del liderazgo se centran mucho en ayudar a los directivos a afinar ciertas competencias que las organizaciones han identificado como claves para gestionar un reto en particular. Otras veces se focalizan en esas destrezas que se supone son buenas para desarrollar visión para los negocios. 
Sin embargo, muchos expertos ya han manifestado que sería muy importante incluir en la formación de directivos una dosis sobre cómo un actitud positiva repercute en la buena marcha de la organización.
En su estudio, Greenberg y Arawaka, listan aquellas características específicas que identifican a un líder optimista y positivo. Estos directivos gestionan desarrollando las fortalezas que los empleados tienen. En esencia, siempre ponen el acento en lo positivo. Asimismo, en momentos adversos, se centran en resolver problemas. Finalmente, los líderes positivos animan y reconocen el buen trabajo con habitualmente. 
El concepto de liderazgo positivo ha influido ya en organizaciones de todos los ámbitos. El mismísimo FBI estadounidense ha llevado a cabo un plan de acción para mejorar la productividad de los empleados y la efectividad en el liderazgo. Este plan incluye elementos de liderazgo positivo, como la gestión basada en los puntos fuertes o relaciones interpersonales positivas. 
Está claro que el liderazgo positivo no es una receta mágica para incrementar la productividad y conseguir el compromiso de los trabajadores. Sin embargo, cada vez más investigadores se refieren a su importancia. En contraste con esta tendencia, Morrison admite que muy pocas organizaciones han hablado a sus directivos de cómo transmitir en su lugar de trabajo esta energía positiva. 

Con la opinión de varios especialistas he tratado de aportar de manera concreta un poco más a esta importante discusión, la cual debe seguir en nuestras aulas y fuera de ellas, en los foros o en las reuniones informales, ya que es sumamente importante la postura y los aportes de cada uno para encontrar el modelo o estilo de liderazgo que más fruto nos rinda y en el cual todos se encuentren contentos porque logramos el ganar, ganar-ganar.

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