Dadas las
circunstancias por las que atravesamos en estos momentos de la Venezuela de los
tiempos revueltos, las dobles caras, la descalificación y la burla, no solos al
adversario sino al pueblo que clama libertad y cambio, considero importante dar
un repaso al criterio y concepción de los sofismas y los sofistas.
El sofisma
etimológicamente proviene de la palabra “sofista” y esta a su vez del griego
“sophía” que significa “sabiduría” y “sophos” que expresa “sabios” y
generalmente es considerado como el argumento o raciocinio falso, formulado con
la finalidad de inducir en el error al adversario. Es la falacia intencional,
en que el individuo enuncia una inferencia errónea, no válida, con la cual sabe
que está engañando a otra.
Tomado de
Wikipedia: El sofisma es un método de enseñanza. En la antigua Grecia, los
sofistas eran una categoría de maestros que se especializaban en el uso de las
técnicas de la filosofía y la retórica con el propósito de enseñar la
"excelencia" o "virtud" -predominantemente a los jóvenes
estadistas y la nobleza. La práctica de cobrar dinero por la educación y
proporcionar sabiduría sólo a los que podían pagar llevó a las condenas hechas
por Sócrates (como él es retratado por Platón en sus diálogos), así como
Memorabilia de Xenofonte. A través de obras como éstas, los sofistas fueron
retratados como "engañosos" o "engañosos", de ahí el
significado moderno del término.
El término
se originó del griego σόφισμα, sophisma, de σοφίζω, sophizo "Soy
sabio"; Conferir σοφιστής, sophistēs, que significa "sabio, que hace
sabiduría", y σοφός, sophós significa "hombre sabio".
Los sofistas
podían describirse tanto como profesores como como filósofos, habiendo viajado
por Grecia enseñando a sus estudiantes diversas habilidades para la vida,
particularmente la retórica y la oratoria. Éstas eran cualidades útiles de la
época, durante las cuales la habilidad persuasiva tenía una gran influencia en
el poder político y en la riqueza económica. Atenas se convirtió en el centro
de la actividad de los sofistas, debido a la libertad de expresión de la ciudad
para los ciudadanos no esclavos y la riqueza de los recursos. Hubo numerosas
diferencias entre las enseñanzas de los sofistas y dieron conferencias sobre
temas tan diversos como la semántica y la retórica, hasta la ontología y la epistemología. Los sofistas enseñaban sus
creencias a un precio considerable.
Lo que
distingue a los sofistas de otros maestros en la antigua Grecia fue su
considerable riqueza de conocimientos y dialectos en lo que respecta a la
retórica. Estos hombres celebraron sesiones pequeñas para enseñar a otros. Los
sofistas tenían a menudo una mala reputación porque nunca demandaron enseñar
virtud y fueron alejados eventualmente por filósofos tales como Aristóteles y
Sócrates que estaban contra los sofistas.
Los sofistas
se hicieron populares tras el desarrollo del pensamiento y la sociedad en
Atenas, en el siglo V AC. Ofrecían educación práctica con enseñanzas que
incluían especulaciones sobre la naturaleza del universo, así como sobre el
arte de la vida y la política. Creían que la ley era un acuerdo entre las
personas y que la justicia no existía. Entre los sofistas, Protágoras, Gorgias,
Prodicus, Hippias, Thrasymachus, Callicles, Lycophron, Antífona, y Cratylus son
los más conocidos.
Los primeros
sofistas eran muy respetados pero pronto se hicieron impopulares y estaban
sujetos a mucha oposición y controversia debido a sus altos honorarios y sus
desafíos radicales a la convención. Los únicos ciudadanos que tenían el dinero
para aprender de los sofistas venían de la clase aristocrática, lo que
significaba que muchos ciudadanos eran incapaces de aprender de ellos. Se creía
que los sofistas enseñaban a estos aristócratas cómo manipular al público
atendiendo a la opinión popular, en lugar de preocuparse por la verdad.
En la
actualidad, muchos autores utilizan falacia y sofismas como iguales o sinónimos
y se abre la discusión debido a la aproximación práctica de ambos términos. Cada
concepto es independiente con su propia clasificación, siendo que la falacia
proviene del latín fallacĭa, una falacia
es una mentira o engaño con que se pretende dañar a una persona. En tanto la
palabra Sofisma proviene del griego sofisma que significa sabio, se define como
tomar el argumento aparente de lo que es falso. Este sentido el filósofo
Platón, define a los sofistas con una postura del “No Ser”, pues aparentaba ser
filósofos sin serlo.
Desde un
punto de vista epistémico, existe una gran diferencia, pero desde el
pragmatismo, los fines son los mismos, de allí la importancia que cada quién
tenga sus ideas claras y asuma su propia decisión al respecto.
Nasif Nahle
establece que un sofisma es cualquier declaración falsa que aparenta haber sido
obtenida mediante una metodología sistemática o cualquier argumentación
adulterada que se usa para defender una falacia y una falacia es una
declaración, noción, creencia, razonamiento o argumento basado en una deducción
falsa, errónea o inválida.
Para Joise
Morillo: la retórica sofista influyó en la cultura latina post imperial romana,
muchos de sus líderes republicanos utilizaban el discurso sofista como
herramienta de convicción. La idea de (Argumentum ad populum) comprendía la
creencia popular de que su gobernador o gobernadores cedían autoridad al pueblo
mediante la participación plebiscita, en cambio, la otra cara de la moneda era:
el resultado de la conspiración del gobierno infiltrado en el pueblo para votar
por lo que supuestamente el pueblo quería, mientras era manejado por el mismo
gobierno. Tanto la exhortación a la participación de votar, como el
resultado, eran producto de la estrategia
de sus miembros. De ahí que el discurso se convertía en una falsa intuición respecto al pueblo y la
autoridad. Este método todavía existe en nuestros tiempos los gobiernos
de índole autoritaria manejan con mucha eficacia sus fórmulas.
Los sofismas
se crean para convencer a la gente que hay un problema y un proyecto para
acabarlo. Aunque la vivencia sea falsa o verdadera y no tenga ningún fundamento
lógico (es decir, aunque sea un disparate) puede tener un gran poder y efecto
psicológico debido al sesgo cognitivo basados en fórmulas de proceder. La
falacia no reside en la historia misma, la cual, podría llegar a ser cierta,
sino en el efecto de gran distorsión probabilística o sesgo que se produce en
el receptor en relación al alcance, importancia y relevancia con la decisión a
tomar.
Algunos
comerciales de televisión y la práctica de ciertos tipos de gobernantes de crear situaciones
temibles, generan un efecto sicológico
de dependencia y miedo, es un mecanismo poderoso producido por la preferencia
colectiva de obtener riesgos cero,
aversión a perder cosas. Causada por el miedo a tales situaciones. Por ejemplo
mantener la creencia de un bloque económico o las continuas insinuaciones de
posibles guerras, por tanto, sofisma es cualquier argumentación adulterada que
se usa para defender una falacia.
Tomado de: https://filosofiacomunicacion.wordpress.com/tag/sofisma/ la
apariencia de verdad y de corrección puede obtenerse de buena o de mala fe.
Cuando se actúa de mala fe, tenemos los llamados sofismas. Cuando el error o la
incorrección se cuelan sin advertencia tenemos los paralogismos. En ambos casos
la Lógica se encarga de determinar el error o la incorreción de esas
argumentaciones. El sofisma conviene con el paralogismo en ser una
argumentación viciosa aunque en apariencia válida.
Pero mientras la primera supone la
intención de engañar, el paralogismo no. Un paralogismo es un argumento o
razonamiento inválido, que se plantea sin una voluntad de engaño. Saber
rechazar los errores comunes, los sofismas que circulan el ambiente y que se
imponen a veces por la autoridad de un personaje famoso, es una de las ventajas
propias del aprendizaje de la Lógica.
Los sofismas se pueden dividir en dos grandes grupos: sofismas de palabras
y sofismas de ideas. Los primeros fallan por el lenguaje utilizado; los
segundos adolecen de alguna incorrección en la idea o en la estructura del
raciocinio.
SOFISMAS DE PALABRAS: el lenguaje se presta a muchos errores. Cada palabra
es susceptible de admitir varios significados. Si no se ha definido antes una
palabra básica en la argumentación, puede caerse en una ambigüedad en su
significación o un doble sentido. En ambos casos, las metáforas usadas dan
también origen al error y pues se toman literalmente o se amplía demasiado la
comparación que expresa. A esta clase de sofismas se les conoce también como
lingüísticos o de dicción.
A.
EQUÍVOCO: Es el sofisma que se comete cuando una palabra tiene dos
significados dentro de una argumentación o que consiste en usar en doble
sentido una palabra equívoca en una misma argumentación: “La americana es una
prenda, esta mujer es americana, luego es una prenda de vestir.
El trabajo es una obligación humana. La obra de arte es un trabajo, luego,
la obra de arte es una obligación humana.
Los términos son la expresión oral de los conceptos. Pueden ser unívocos
los que se aplican a varias cosas en un sentido completamente idéntico: caballo
dicho en andaluz, árabe o equívocos los que se aplican a varias cosas en un
sentido completamente diverso. Por ejemplo gato.
Un término es unívoco cuando expresa una sola realidad y sólo a ella está
referido. Ejemplo: el término “candado” expresa sólo una realidad
inconfundible. El término unívoco tiene un solo significado.
Un término es equívoco cuando bajo una misma palabra caben diversas
significaciones, por ejemplo: cuando hablamos de “banco” nos podemos referir a:
banco de la plaza, el Banco del Estado o a un banco de arena.
El término es análogo cuando se refiere a dos realidades en un sentido
parcialmente igual y parcialmente distinto. Por ejemplo “arteria” es análogo,
pues lo podemos entender como calle o como conducto del organismo humano; ambos
permiten la circulación. Si decimos que un futbolista es un león en la defensa,
no queremos significar con eso que este señor lo sea en un sentido literal,
sino que por su bravura y “garra” nosotros lo llamamos león, en este caso el
término león es análogo.
B.
ANFIBOLOGÍA: es una ambigüedad sintáctica. Aquí no se trata de un doble
sentido de una palabra, sino de toda la frase debido a una sintaxis inadecuada.
El orden en que se colocan ciertos términos puede dar lugar a una imprecisión
en el significado. Por ejemplo: un señor, preocupado, llama a su esposa, pues
no la encontró en la casa ni a ella ni a sus hijos. Ella le contesta y le dice:
“Fuimos a la heladería y luego a la feria, te dejamos una nota en la mesa, que decía
que nos alcanzaras allá.” Esto es una anfibología porque puede tomarse de dos
formas, que la señora le haya dicho a su esposo que los alcance en la
heladería, o que los alcance en la feria.
C.
El sofisma llamado METÁFORA consiste en ampliar demasiado una comparación o
usarla al pie de la letra. Por ejemplo: Heráclito afirmó metafóricamente que
“nadie se mete dos veces en el mismo río”. Con esto pretendió concluir que todo
está en continuo devenir y que no hay nada fijo y estable. El sofisma fue
rechazado por Aristóteles quien sostuvo que, a pesar del movimiento, hay algo
estable. Si no hay un sujeto del movimiento, hasta el mismo movimiento desaparece.
SOFISMAS DE IDEAS: Los sofismas de Ideas se pueden dividir en dos grupos:
los sofismas en la deducción y los sofismas en la inducción.
Los principales sofismas en la deducción son los siguientes:
A.
PETICIÓN DE PRINCIPIO: consiste en tomar como premisa de una demostración
justamente lo que se va a demostrar. Dicho de otro modo; cuando se supone
demostrado lo que se debe probar, u otra proposición equivalente: el planeta
Marte gira sobre su eje, porque todos los planetas tienen ese movimiento (lo tendrán
todos si se prueba que Marte lo tiene). Pretender demostrar que el pensamiento
es material porque es producto del cerebro (Habría que demostrar primeramente
que todo lo que surge a partir de un instrumento material también debe ser
material por fuerza)
B.
CÍRCULO VICIOSO Cuando se demuestran o declaran dos cosas, una por la otra.
Tal sería probar el movimiento de la Tierra por la fijeza del sol, y la fijeza
del sol por el movimiento de la Tierra
C.
IGNORANCIA DEL ASUNTO Consiste en argüir en contra de una doctrina o tesis
sin conocerla en su significación precisa. Es clásico el sofisma de quienes
rechazan la inefabilidad del Papa porque todo hombre se equivoca: todo hombre
se equivoca, el Papa es hombre, luego, el Papa se equivoca, y no es infalible (la
doctrina católica al respecto, jamás defenderá la inefabilidad del Papa
aduciendo a que nunca se equivoca. Esa inefabilidad sólo tiene lugar cuando
habla ex cáthedra)
Para cerrar, en esta Venezuela de los tiempos revueltos, como lo indiqué al
principio, hay personas tratando de pescar con base a la utilización de los
sofismas y tratando de convertir ideas falsas en verdades absolutas para lograr
mantener las prebendas que se derivan del poder obtenido por las posiciones y/o
cargos que ejercen, de allí, que se quiera contribuir a esclarecer las ideas y
refrescar conceptos necesarios, para entender el verbo encendido de algunos
personeros y la necesidad de luchar por una educación de calidad, ya que solo a
través de ella, alcanzaremos la libertad.
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